Triplicate
Como otros artistas populares de distintas vertientes y orígenes, como el músico country Willie Nelson, el cantante pop escocés Rod Stewart y un larguísimo etcétera, el ícono del folk de los Estados Unidos y reciente Nobel de Literatura concluye, al parecer, su tríada de discos dedicados al llamado Great American Songbook (Gran cancionero estadounidense), con un álbum triple, el primero de su carrera. La serie la había iniciado en 2015 con Shadows in the Night (un homenaje al repertorio de standards de Frank Sinatra) y continuado el año pasado con Fallen Angels, con otra lista de temas clásicos. En Triplicate, el artista nacido en Minnesota hace casi 76 años organiza el material en tres discos, cada uno con su propia temática según la mirada de Dylan: respectivamente, ‘Til The Sun Goes Down (Hasta que caiga el sol), Devil Dolls (Muñecas diabólicas) y Comin’ Home Late (Llegando tarde a casa).
La inesperada iniciativa de rendir tributo a los grandes compositores de una de las músicas más interpretadas, y bastardeadas, del planeta (ya algo había insinuado con su álbum de canciones navideñas Christmas in the Heart, de 1996), coincide con la también inesperada ausencia de nuevas canciones de Dylan desde Tempest, publicado hace cinco años. Quizá no se trate de una manera de disimular un hiato compositivo que provoca un agujero negro en el deseo de sus fans de escuchar nuevo material, sino de satisfacer uno propio, como, salvando las distancias, lo que sucede con músicos argentinos de otros géneros que en algún momento se vuelcan, temporal o definitivamente, al tango.
En cualquier caso, los covers de Dylan de estos clásicos de clásicos no remiten a tantos otros, adocenados y calcados de versiones anteriores, por lo general pasteurizadas y homogeneizadas en una especie de género que se conoce como easy listening (fácil de escuchar). Así, en Triplicate dejan de ser interpretaciones almibaradas y van hasta el hueso del amor, el desamor, la desilusión y otros sentimientos que ese gran cancionero transita gracias al talento de autores que parecen anónimos, tal es la popularidad de sus creaciones. Temas grabados y escuchados hasta —en algunos casos, literalmente— el cansancio, como, por orden de aparición, Once Upon a Time, Stormy Weather, My One and Only Love, As Time Goes By, How Deep is the Ocean, P.S. I Love You, Sentimental Journey, These Foolish Things o Stardust.
Con producción del experimentado Jack Frost, los arreglos de vientos de James Harper y acompañado de Tony Garnier en bajo; Donnie Herron, Dean Parks y Charlie Sexton en guitarras, y George Receli en batería, Dylan le aporta su garganta cascada y, fundamentalmente, el inconformismo eterno de alguien que desde hace décadas busca su propia voz. Y que la encuentra cada vez.
Oscar Finkelstein