Todo lo que tengo
Aunque asomó al mundo del folklore masivo ya en sus treinta, la música y la poesía acompañan desde pequeña a la correntina Teresa Adelina Sellarés, que antes de iniciar su carrera profesional, en los 80 (la plataforma de lanzamiento fue el Festival de Cosquín de 1984), se había dedicado a la docencia. Quizás esta combinación de vocaciones explique en parte su pasión por compartir historias reales hechas poesía, que muy temprano caracterizaron su obra. Temas que ganaron gran popularidad, como Apurate, José o Pedro canoero, y que la revelaron como la gran cantautora que es, fueron algunos de los muchos himnos que se cantaban en el retorno a la democracia.
Hoy, más de tres décadas después, y en otra realidad, otro país y otro mundo, Teresa Parodi vuelve al disco con esa arma cargada de futuro que es la poesía. Y lo hace tras haber recorrido en los últimos años territorios que suelen ser poco poéticos, como el de la función pública: fue sucesivamente Directora General de Música de la Ciudad de Buenos Aires, Directora del Espacio Cultural Nuestro Hijos (ECuNHI) y ministra de Cultura de la Nación.
En Todo lo que tengo, la autora de Resistiendo musicaliza Che (Yo tuve un hermano), de Julio Cortázar (“No nos vimos nunca/ pero no importaba./ Yo tuve un hermano/ que iba por los montes/ mientras yo dormía./ Lo quise a mi modo,/ le tomé su voz/ libre como el agua,/ caminé de a ratos/ cerca de su sombra”); Canciones para D.H. Lawrence, de su comprovinciano Francisco Madariaga (“Lawrence, por ti bebo/ este vino de abril/ en cuerno de tropero:/ Mi padre con los gauchos/ bebía en él la caña del Paraguay/ rociada por el fuego,/ y yo dormía envuelto/ con el poncho del gaucho/ Teolindo Lucero”); El viaje, de María Elena Walsh, con el gran pianista Carlos Aguirre como invitado (“Solo quiero tu casa de ternura,/ vivir en su calor./ Eres el mar y la orilla segura/ porque el único viaje es el amor (….) Hoy vuelvo de países que están muertos,/ después de un mar que no me dijo nada,/ porque el único viaje es el amor”); Amarte es esto, de Juan Gelman (“Amarte es esto:/ una palabra que está por decir/ un arbolito sin hojas/ que da sombra”).
También le pone música, con Luciana Jury como invitada, a La lucha, de Armando Tejada Gómez; a Aguafuerte, del paraguayo Elvio Romero, con la participación de Liliana Herrero, y a Luna para tu frente (con Juan Quintero), de Manuel J. Castilla. Además, versiona El gaucho, poema de Jorge Luis Borges con música de Pedro Aznar (“Se batió con el indio y con el godo,/ Murió en reyertas de baraja y taba;/ Dio su vida a la patria, que ignoraba, / Y así perdiendo, fue perdiendo todo./ Hoy es polvo de tiempo y de planeta;/ Nombres no quedan, pero el nombre dura./ Fue tantos otros y hoy es una quieta/ Pieza que mueve la literatura”), y Porque ha salido el sol (con una destacada intervención rapera de Miss Bolivia), palabras de Pablo Neruda musicalizadas por Víctor Heredia. Completan el repertorio La angelita Rosales (letra de Teresa Parodi, música de Juan Falú) y el que tema que da nombre al disco, con letra y música de la artista correntina y la participación como invitado del Chango Spasiuk.