Songs of Experience

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El último disco de U2

Es el cuarto álbum de estudio de la banda irlandesa en 42 años de vida, lo que da un promedio de un disco cada tres años, justamente el lapso que pasó desde su anterior Songs of Innocence, en el que Bono y compañía repasaban los años de la adolescencia en su Dublin natal. Anunciado en el mismo momento del lanzamiento del opus 13 de U2, Songs of Experience cierra un díptico en el que conviven el pasado añorado y el duro presente, que plantea incógnitas sobre el futuro. Sin embargo, la palabra que sobrevuela todo el disco es “amor”, que en parte se explica porque sus canciones fueron escritas mientras Bono se recuperaba de una operación tras un accidente. 

El disco iba a ser dado a conocer en 2016, con la idea de despejar el año siguiente para la celebración-reedición-gira por el 30º aniversario de The Joshua Tree, uno de los álbumes más emblemáticos de la banda. Pero según explicó Bono, algunas de las letras debieron ser revisadas por los cambios geopolíticos que se estaban gestando, como la decisión de Gran Bretaña de abrirse de la Unión Europea (el llamado Brexit) o el ascenso por ese entonces inesperado en los Estados Unidos de Donald Trump, que terminó convirtiéndolo en Presidente. Canciones como The Blackout (“Las estatuas caen/ La democracia nos da la espalda, Jack./ Lo teníamos todo/ Y lo que teníamos no volverá, Zach./ Un bocón dice que la gente/ No quiere ser libre gratuitamente./ Un apagón/ Esto que vemos es una extinción”) o American Soul (“Bienaventurados los matones/ Porque un día tendrán que enfrentarse a sí mismos./ Bienaventurados los mentirosos/ Porque la verdad puede ser incómoda”) sufrieron modificaciones por este motivo.

Songs of Experience fue concebido como un conjunto de cartas para diferentes destinatarios –la familia, los fans de la banda, Estados Unidos– en los que Bono deja de lado por un momento su criticada y permanente prédica sobre los “grandes temas” para concentrarse en una serie de reflexiones sobre lo cotidiano y sobre lo que vendrá, con una infrecuente dosis de optimismo en el contexto de una crisis global de alcances insospechados. En Love Is All We Have Left, por ejemplo: “No hay nada que impida/ Que este sea el mejor día de la historia/ Nada que nos aparte/ De donde deberíamos estar”, mientras que en Love Is Bigger Than Anything in Its Way dice “Cuando creés que estás acabado/ Recién estás empezando”.

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