Lust for Life

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Ya pasada la sorpresa de su exitosa irrupción global en el mundo de la música pop, en cada nuevo disco desde aquel Lana del Rey (2010), la cantautora neoyorquina suma pequeños nuevos elementos a su música. En Lust for Life, su quinto álbum, la mayor novedad quizá sea la inclusión de algunos sonidos del R&B, pero en términos generales conserva su estilo de pop melancólico, un poco retro (acentuado por una estética vintage de los 50 y 60), que algunos llaman Hollywood sadcore, que pegó fuerte en las adolescentes de aquí y de allá, presuntamente su audiencia más numerosa, y también detractores entre quienes no gustan de sus modos musicales, a los que consideran aburridos.

El álbum abunda en ejemplos de esta languidez, empezando por la primera pista, Love, que abre el disco con ese estilo. La mayoría de las canciones, en realidad, apelan a esta forma, que definitivamente revela la identidad musical de Lana Del Rey, la chica de familia escocesa nacida hace poco más de treinta años como Elizabeth Woolridge Grant, que parecía haber llegado al mainstream para ocupar un lugar clave y que sin embargo no terminó de consolidarse como la número uno que prometía. Y a pesar de mantener un piso de calidad bastante alto también en sus otros discos: Born to Die (2012), Ultraviolence (2014) y Honeymoon (2015).

Su tendencia a lo oscuro, tanto en las letras como, parcialmente, en su música, se hacen visibles en canciones como Cherry o Summer Bummer, donde cuenta con la participación de A$AP Rocky y Playboi Carti, y en la que asoma netamente el hip hop. A$AP Rocky aparece también, aunque más sutilmente y menos rapero, en Groupie Love. La tendencia sigue en God Bless America-And All the Beautiful Women in It, en la algo provocativa When the World Was at War We Kept Dancing, y en Heroin, Change y Get Free.

Tres participaciones estelares tiene Lust for Life: la talentosa y veterana cantautora Stevie Nicks en Beautiful People, Beautiful Problems; Sean Ono Lennon, el hijo de John Lennon y Yoko Ono, en Tomorrow Never Came, un bello tema acústico que está entre lo mejor de la placa, y The Weeknd, el alias del canadiense de origen etíope Abel Makkonen Tesfaye, con quien comparte el tema que da nombre al disco y que representa una clara excepción a la predilección de Lana del Rey por la desesperanza: “Porque somos los dueños de nuestro propio destino/ somos los capitanes de nuestras almas./ No hay forma de que nos separemos/ porque, chico, somos de oro./ Y yo decía/ sacate toda la ropa/ (…) Dicen que solo los buenos mueren jóvenes/ eso no está bien,/ porque nos estamos divirtiendo demasiado /demasiada diversión esta noche, sí./ (…) Y la pasión por vivir nos mantiene con vida”.

                                                                                                       Oscar Finkelstein

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