Divide
Cuando irrumpió en la escena musical global con su primer disco, + (Plus), y su megaexitoso hit The A Team hace menos de seis años, cuando solo tenía 20, el inglés Ed Sheeran se veía, mostraba y presentaba como un adolescente tímido casi escondido detrás de su guitarra acústica. Hoy, dos discos después, lo que se ve es un músico más maduro y a la vez más atento a otros géneros como el hip hop o el soul que aquel que desgranaba historias tristes en clave folklórica, que no abandonó del todo. La historia musical del joven artista Edward Christopher Sheeran, sin embargo, había arrancado bastante antes, en 2004, cuando comenzó a presentarse en vivo y a participar de festivales folk por toda Gran Bretaña. Y siguió después de su espectacular debut, y de telonear a Taylor Swift, con x (Multiply), en el que el éxito no lo abandonó. Al contrario.
En ÷ (Divide) —habrá que ver si en su cuarto opus de estudio se anima a seguir con las operaciones matemáticas y titularlo – (subtraction)—, el músico se asienta en las fórmulas que le dieron éxito, las exprime al máximo y se sube a las nuevas olas. Y todo lo hace absurdamente bien. Temas como Castle on the Hill o Bibia Ye Ye resuelven historias de amor en clave pop, con ritmos y estribillos que resultan irresistibles a la hora de tararear. Otros, como Shape on You (en clave afro) o Barcelona (en clave Shakira) coquetean con la música étnica más industrializada, mientras que Galway Girl (con pizcas de hip hop, lo mismo que New Man) y Nancy Mulligan, dos de los temas más originales del álbum, bucean en los orígenes irlandeses del músico (por vía paterna, de ahí su fisonomía). En tanto, What Do I Know? es un folk pop sencillo con un muy buen arreglo vocal y Dive abreva del soul más tradicional.
Pero el ingrediente principal del menú que preparó Sheeran para ÷ (Divide) es la balada. Amores mayormente no correspondidos en canciones de tres minutos abundan en la música popular de todos los tiempos y latitudes, y también en este disco. Las hay de todo tipo. Está, por ejemplo, Perfect, una balada clásica; Happier, una balada contemporánea; Hearts Don’t Break Around Here, una balada acústica; How Would You Feel (Paean), otra balada clásica; Save Myself, una balada al piano, y Supermarket Flowers, una balada de clímax en la que pueden intuirse celulares encendidos cuando la canta en vivo.
En poco tiempo, Sheeran se acostumbró a vender sus discos de a millones. Habrá quienes digan que es su máximo deseo, pero eso es incomprobable. Lo bueno es que la calidad con que lo hace lo pone bastante por encima de la media.
Oscar Finkelstein