Ayer es siempre (Vivo)
Con un repertorio enteramente folklórico, el guitarrista Juan Falú y el multiinstrumentista Marcelo Moguilevsky (clarinete, flautas, armónica), le vuelven a dar vida a un dúo que fusiona orígenes diversos para lograr un resultado armónico y a la vez insospechado. Como en sus dos discos anteriores (Improvisaciones, de 1996, y Semitas, de 2003), en Ayer es siempre campea el espíritu de la improvisación, en este caso sobre composiciones clásicas de la música nacional.
Grabado en vivo durante dos conciertos brindados en mayo de 2015 en Espacio Tucumán, una sala en la sede de la delegación tucumana en Buenos Aires, el nombre del disco remite al de un tema compuesto por Falú para su hermano desaparecido, cuyos restos fueron identificados el año pasado, cuarenta años después de su secuestro. Pero también, quizá más indirectamente, a la sociedad que forman esporádicamente desde mediados de los 90, cuando en un encuentro fortuito interpretaron e improvisaron sobre la Chacarera del 55, de los Hermanos Núñez, sobre la que vuelven en este disco.
Un conjunto de zambas, chacareras, vidalas y huellas les permiten a Falú —director desde 1995 del festival Guitarras del Mundo, embajador de la música argentina por todo el planeta, docente, creador de la Carrera Superior de Folklore y Tango y de la Licenciatura de Música Argentina en la Universidad Nacional de San Martín, entre otros méritos— y a Moguilevsky —compositor, intérprete en géneros tan distintos como el jazz, el klezmer, la música clásica, el folklore, integrante de un dúo histórico con el acordeonista César Lerner y también docente— revisitar una serie de grandes temas folklóricos. Entre ellos, Zamba de Lozano, Zamba de Argamonte, Coplas del regreso, Zamba del laurel y Si llega a ser tucumana, todos del gran compositor salteño Gustavo “Cuchi” Leguizamón; la chacarera La cruzadita, de los Hermanos Núñez; el bellísimo rasguido doble Pan del agua, del misionero Ramón Ayala; la chacarera La vieja, de los Hermanos Díaz; Vidala del imposible, de Atahualpa Yupanqui, y la huella De ida y vuelta, de Yacomuzzi y Molina.
Ayer es siempre es un disco que al mismo tiempo que tributa a grandes creadores de obras clásicas del folklore argentino, representa un canto a la libertad: recrea clásicos de nuestra música con un espíritu universal, el mismo espíritu que Falú y Moguilevsky pasean por el mundo desde hace décadas. Como ellos mismos resumen en el interior del álbum, “si bien rendimos un homenaje al ayer, al nuestro, al de nuestras músicas, al de nuestros mayores, nos anima una enorme curiosidad saber cómo será el disco del mañana, pues ya aprendimos a considerar nuestra modesta serie de un disco por década, como una suerte de almanaque del alma. Este CD fue grabado en vivo. Nos faltaba eso. Porque es allí, en vivo, donde sucede todo lo que es difícil expresar en estas palabras y en todas las palabras”.
Oscar Finkelstein