Ingredientes (4 porciones):
1 paquete de fideos largos (Taglietelle, Fettuccini, Pappardelle o incluso Spaghetti)
200 gramos de pistachos pelados y tostados
1/2 taza de aceite de oliva extra virgen
2 cucharadas soperas de hojas de menta picadas
1 o 2 dientes de ajo picados
1/2 taza de queso duro rallado (preferiblemente Parmesano o Reggianito)
2 cebollas de verdeo cortadas en bastones y luego en juliana

Preparación
Picar los pistachos. Esto puede hacerse con la ayuda de una multiprocesadora o manualmente con una cuchilla. Agregar el aceite de oliva, las hojas de menta y el ajo. Mezclar con presión para combinar los ingredientes. Transferir a un bol e incorporar el queso rallado y la cebolla de verdeo. Agregar sal a gusto.
Por supuesto, tanto mi abuela como muchas otras preferirían amasar su propia pasta, pero hoy en día no es tan fácil disponer del tiempo necesario para hacerlo, los días de semana. Por eso recomiendo utilizar pasta elaborada con sémola de trigo duro. En los supermercados pueden encontrarse marcas de excelente calidad, tanto italianas como argentinas.
En una olla grande de agua hirviendo con sal, cocinar la pasta hasta el punto deseado (generalmente se indica en el paquete que a los 10 minutos se obtiene una pasta bien cocida y a los 8, al dente). Colar y separar media taza del agua de cocción. Volver a colocar la pasta en la olla ahora vacía y agregar la media taza de agua junto con nuestro pesto. Cocinar a fuego bajo, removiendo hasta homogeneizar completamente. Servir con un poco más de queso rallado por encima.
Mi abuela trabajó durante varios años como cocinera. A pesar de su ascendencia alemana por parte de sus dos padres, su estilo de cocina siempre fue ecléctico; combinando técnicas, sabores y especias con un solo propósito: robar sonrisas a la mayor cantidad de gente posible, ofreciendo el equilibrio entre el tradicionalismo conservador y la búsqueda constante de sensaciones desconocidas al paladar. Esta es una de ellas.