Litio, el combustible del futuro

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Científicos de la Universidad Nacional de La Plata crearon por primera vez en Argentina una motocicleta eléctrica comercial impulsada por una batería de litio,  materia prima no contaminante de la cual nuestro país es potencia mundial (posee junto a Chile y Bolivia más del 80 por ciento de las reservas).

 El litio, que es un producto no contaminante, es una materia prima de la cual nuestro país es potencia mundial (posee junto a Chile y Bolivia más del 80 por ciento de las reservas) y es llamado “el combustible del futuro”.  Científicos de la Universidad Nacional de La Plata crearon por primera vez en Argentina una batería de litio que funciona dentro de una motocicleta eléctrica comercial.
Los investigadores le dieron, así, un gran impulso a la posibilidad de pensar en una nueva producción automotriz que, de producirse a gran escala, podría revolucionar la vida de las personas y, según dicen, generar amplio rédito económico a la Argentina. Por un lado porque los vehículos eléctricos son autónomos de otro tipo de combustible (se abaratan radicalmente los costos), no producen polución (como los combustibles fósiles) y los decibeles de ruido son ínfimos; y por otro, porque el país podría pasar de exportarlo en estado de sal muera (al 17% de pureza) a purificado (99%) o, mejor aún, como baterías de litio, lo cual generaría una rentabilidad exponencial.
“Nuestra primera meta es poder imponer la idea de que el litio se puede transformar, en un futuro muy cercano, en una alternativa energética para la Argentina”, explica a Revista Cabal Guillermo Garaventta,  uno de los responsables del proyecto e investigador del instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) de la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata.
Los estudios sobre litio del INIFTA comenzaron en el año 2003, cuando los científicos empezaron a trabajar en proyectos relacionados con la CONAE (Comisión Nacional de Actividades espaciales). Los satélites de Argentina debían disminuir peso y el litio se los permitía. Así, empezaron a estudiar distintas composiciones y tecnologías de litio para ver cuál era la óptima para la aplicación espacial. De allí derivó el proyecto que se proponía fabricar en el país vehículos puramente eléctricos de rango máximo de 80 kilómetros, para el traslado diario de un vecino de La Plata o alrededores. “El litio le dio al mundo la posibilidad de pensar en esos vehículos eléctricos puros”, dice Garaventta.
La prueba del prototipo de batería fue desarrollada sobre un rodado de fabricación china; luego, los científicos platenses adquirieron un lote de celdas de litio y seleccionaron las mejores 60 mediante un complejo proceso de laboratorio. Finalmente, con esas 60 celdas, se construyó la batería que –por su bajo peso, larga duración y larga vida útil, permite poner en marcha el rodado y dotarlo de una autonomía de 60 kilómetros diarios.
Esta batería es la primera producida en el país y es una de las pocas producidas en el mundo sin controles electrónicos asociados. Se carga enchufándola a un tomacorriente convencional a la red de 220 voltios. Para lograr una carga completa, debe estar conectada durante cuatro horas. Con carga máxima, la moto garantiza una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora. Además, la batería de litio desarrollada en la UNLP tiene un peso de apenas 12 kilogramos, unas cuatro veces menos que las baterías de plomo convencionales. La motocicleta eléctrica lleva ya más de 2000 kilómetros recorridos sin que su batería haya mostrado deterioro de su performance. 
Ahora los científicos van por más: la nueva meta es la construcción de un automóvil prototipo completamente nacional: un auto eléctrico puro, pensado para 4 personas y de rango municipal, el cual gastaría alrededor de 5 pesos de energía eléctrica (sin subsidio) por día,  utilizándolo con esa misma cantidad de kilómetros diarios mencionados.
“Las construcción de baterías de litio a nivel mundial mueve hoy unos 35.400 millones de dólares al año, con lo cual es imprescindible que nuestros países no entreguen el carbonato de litio (la sal muera original al 17%)  sino que lo purifiquen y fabriquen las baterías para luego vendérselas al mundo”, afirma Garaventta. Y agrega: “Esto es un emprendimiento que debe manejar el Estado, ya que es estratégico a nivel mundial (es un nicho de mercado). Genera trabajo y mantiene controlada la posible contaminación que podría ser realizada por empresas no nacionales”.
En el mundo ya hay pruebas de este tipo y todos los vehículos eléctricos de primera línea utilizan el litio como elemento almacenador de energía. Esto era imposible de pensar con baterías de plomo, dado su peso y volumen. “El litio es la estrella en lo que se refiera a las baterías de los productos electrónicos, baterías, celular, notebooks, etcétera. Y cada vez más las empresas automotrices están armando los vehículos híbridos, que funcionan a hidrocarburos y a energías limpias como el litio”, dijo sobre el tema al canal Visión 7 Agustín Crivelli, economista e investigador del Instituto Multidisciplinario de Estudios Sociales Contemporáneos (IDEHESI).
“El producto es innovador porque hemos trabajado en litio para conocer sus zonas seguras y no seguras y hemos diseñado un protocolo de interconexión de celdas de litio, en la batería, que no requiere de electrónica de control y supervisión durante el uso”, sostiene Garaventta.