Valles Calchaquíes en Salta
Paisaje singular si los hay el de los Valles Calchaquíes, que aunque también abarcan Tucumán y Catamarca, se extienden mayormente por Salta. Se trata sin duda de uno de los lugares más bellos de la Argentina, con esos cerros tan coloridos moldeados caprichosamente por el efecto del viento. Pero cada región es también su gente. Y esta franja que atraviesa la provincia de norte a sur por su centro está plagada de antiquísimos pueblos habitados por personajes mágicos y curtidos. Y cómo no evocar, cuando el turista pasea por ahí, las coplas de un Atahualpa Yupanqui, quien tan bien describiera las penas arremolinadas del arriero andino.
En tiempos de la colonización española, los Valles Calchaquíes fueron escenario de importantes batallas entre los europeos y las tribus indígenas que poblaban la zona y que conformaban la Confederación diaguita. La particular geografía del lugar dificultaba los intentos de la Corona por someter a los pueblos nativos a la práctica de la encomienda. La resistencia calchaquí tuvo su muestra más cabal en las Guerras Calchaquíes, que con diferente intensidad tuvieron lugar entre 1560 y 1667. Más acá en el tiempo, la zona de los Valles fue teatro de operaciones del caudillo Felipe Varela, quien llegó a dominar la región antes de avanzar sobre Salta y Jujuy en su cruzada contra la hegemonía de Buenos Aires allá por mediados del siglo XIX.
Pero la historia belicosa de los Valles Calchaquíes es justamente eso: historia. Hoy la región es uno de los atractivos turísticos más importantes de la Argentina. Si se parte de Salta capital, lo primero que debe hacerse a la hora de recorrer la zona es tomar una decisión: por la ruta nacional 68, hacia el sur, se va a Cafayate, en tanto por la 33 hacia el oeste el destino es Cachi. Ambas localidades son puntos centrales del recorrido que se conoce como “Vuelta a los Valles”.
Si la orientación escogida es hacia Cachi, seguramente se pase por Chicoana, la Quebrada de Escoipe (una verdadera selva en altura) y el Valle Encantado (donde se pueden avistar cóndores). Con un leve desvío se llega al Parque Nacional Los Cardones, famoso por sus enormes cactus. Si se va directo a Cachi, el viajero se encontrará con un típico pueblo colonial pero que encierra secretos mucho más antiguos: antes de la dominación española allí ya había una ciudad que habitaban los chicoanas.
Desde Cachi se emprende el camino hacia Cafayate siguiendo hacia el sur el curso del Río Calchaquí. Lo primero que aparece es Seclantás, un pueblo de 500 habitantes que ostenta el título de “capital del poncho salteño”. Se comprueba en el ingreso a la localidad a través del Camino de los Artesanos y sus telares. Más abajo, por la Ruta 40 está la Quebrada de las Flechas, que impacta por sus estrechos desfiladeros con paredes de más de 20 metros de altura, y Animaná, que conserva la bodega más antigua de la zona y anticipa la industria vitivinícola de Cafayate.
Con casi 15 mil habitantes, Cafayate es famosa por sus viñedos, vinos y bodegas. La uva que se cultiva es el tipo torrontés, variedad blanca que según los especialistas encuentra en esta región las mejores condiciones climáticas para su desarrollo, como lo son los 3000 metros de altura y las escasas lluvias. El moderno Museo de la Vid y el Vino es una buena manera de acercarse un poco más profundamente al vínculo de esta tierra con el “elixir de los dioses”.
De Cafayate a Salta se vuelve por la ruta 68. Una parada en la Quebrada de las Conchas puede ser una buena opción a la hora de elegir un paraje más, pero en sí todo el camino es precioso. Es cierto que por lo general el turista no dispone de todo el tiempo del mundo para recorrer y conocer lugares, pero aun cuando hay tours que permiten recorrer los Valles Calchaquíes en un día en este caso es casi imprescindible tomarse más tiempo o hacer recorridos más cortos pensando en que pronto se volverá a completar el circuito.
Cómo llegar
El Aeropuerto Internacional Martín Miguel de Güemes de Salta tiene muy buenas conexiones con las principales estaciones aéreas del país. En auto, el principal acceso es la Ruta Nacional 9. Para hacer el circuito por los Valles hay ómnibus especiales si no se dispone de vehículo propio.