Ushuaia y sus encantos

Turismo

Espléndida en su hermosura, única y deslumbrante, la ciudad de Ushuaia y sus alrededores en el departamento del mismo nombre constituyen un destino difícil de eludir a la hora de enumerar lugares a los que es imprescindible llegar para tener una experiencia turística de valor intransferible. En las líneas que siguen se ofrece una síntesis del amplio panorama de atractivos que brinda, al que llega a su suelo, esta tan particular joya austral, tan pródiga para el que no la conoce en descubrimientos de notable belleza.

Una extraordinaria y mágica combinación de atributos naturales que une a las montañas, el mar, los glaciares y el bosque, transforman al paisaje de Ushuaia, la capital de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la más joven del país, en un paraíso para los sentidos, en el destino de una experiencia que, por el hechizo visual que produce, es difícil de olvidar a lo largo de la vida. Ubicada al sur de la isla de Tierra del Fuego, en la costa norte del Canal Beagle y al pie de los Montes Martial, se la conoce como la ciudad más austral del mundo y fue creada el 27 de junio de 1885. Habitada en su origen por los yámanas (tribu aborigen de cuya lengua surge su nombre que significa “bahía penetrando hacia el poniente”), hoy esta ciudad se ha transformado en la puerta de acceso a la Península Antártica, de la que la separan unos 1.000 kilómetros. Su distancia de Buenos Aires es a la vez de 3.260 kilómetros. Junto con Río Grande son los dos conglomerados urbanos de la provincia que más han crecido en los últimos años. En la actualidad, Ushuaia tiene más de 45 mil habitantes, una cantidad que contrasta con los casi 30 mil que tenía hacia principios de la década de los noventa.


La excursiones por distintos lugares como el Parque Nacional Tierra del Fuego con sus 63.000 hectáreas de bosque, los lagos Escondido y Fagnano, el Tren del Fin del Mundo, la estancia Haberton y otros más, permiten recorrer cada rincón y conocer los secretos de este departamento, uno de los más deslumbrantes del territorio argentino. La posibilidad de visitar la histórica cárcel que funcionaba en la ciudad  (convertida en estos días en el Museo Marítimo y el Museo del Presidio) o el Museo del Fin del Mundo proporciona a su vez el acceso a la historia de la ciudad: la de sus primeros habitantes, la de los pastores anglicanos que se instalaron en ella, la fundación de la Subprefectura de Ushuaia, el desarrollo de la industria y su realidad social. El imponente canal de Beagle, con sus colonias de pingüinos, cormoranes y lobos marinos, son un condimento extra que el visitante puede agregar a su conocimiento de la zona,  sin contar con las distintas opciones de realizar turismo de aventura, las excursiones en 4x 4m, las cabalgatas, los sobrevuelos, el trekking y canotaje. La práctica de deportes como el esquí de fondo (la Marcha Blanca es la más tradicional y se realiza desde 1981), el Rally del Fin del Mundo o las carreras de trineos forman también parte de otro paquete de elecciones que el turista tiene a su disposición. Las alternativas de disfrute son muchas, algunas de las cuales están enumeradas en las propuestas de excursiones que siguen.


El Parque Nacional Tierra del Fuego

Una aventura terrestre casi inexcusable es la visita de medio día al incomparable Parque Nacional de la isla, ubicado a 12 kilómetros hacia el oeste de la ciudad de Ushuaia y cerca de la frontera con Chile. Creado el 15 de octubre este parque tiene unas 63 mil hectáreas al sudoeste de la isla, al norte lo bañan las aguas del lago Fagnano y al sur las del canal de Beagle. Dentro del Parque Nacional se puede apreciar la flora local compuesta por lengas, guindos, ñires y diferentes especies de arbustos y flores. La fauna esta representada por especies nativas y otras introducidas posteriormente como por ejemplo el zorro colorado, los castores y los conejos. Las especies de pájaros son más de noventa. Bahía Ensenada, Lago Roca y Bahía Lapataia (esta es el punto final de la ruta nacional número 3 y de la Ruta Panamericana) son los lugares turísticos que el visitante tiene en su itinerario, incluyendo una pequeña caminata por la orilla del lago y la observación de las castoreñas. Luego de aproximadamente cuatro horas de excursión se regresa a la ciudad.

 

Los Lagos Escondido y Fagnano

Otros recorridos  posibles y muy recomendables son a los lagos Escondido y el Fagnano. El primero se encuentra al lado de una pequeña aldea ubicada a 57 kilómetros al norte de Ushuaia, en un paraje boscoso cuya producción es en lo fundamental maderera. El lago homónimo que da nombre al pueblo está rodeado de bosques y encajonado entre los macizos cordilleranos. Es llamativo cómo sus aguas cambian de color conforme al cambio de la luz. A sus márgenes se ha levantado una hostería llamada Petriel. El lago Fagnano está a su vez ubicado en uno de los bordes del Parque Nacional, a unos 104 kilómetros de Ushuaia. Tiene origen glaciario y su extensión es de 545 kilómetros cuadrados. Es el mayor de la isla y sus aguas desembocan en el Océano Pacífico, en Chile, a través del río Azopardo.     

 

La Pingüinera

Una visita tradicional entre los que recién llegan a la isla es la que se hace a la colonia de los pingüinos magallánicos. Tomando como punto de partida el puerto local, se navega en dirección al este hacia la Isla de los Pájaros y la Isla de los Lobos. Se pasa frente al Faro Les Eclaireurs –frente a él naufragó en enero de 1930 el barco Monte Cervantes- y luego frente a la ciudad de Puerto Williams (Chile),  para ingresar de inmediato al Paso Mackinlay en dirección a la Isla Martillo. Allí la navegación se detiene para disfrutar de una maravillosa vista de la colonia de pingüinos magallánicos. Desde ese punto  se inicia el regreso a la ciudad de Ushuaia, pasando en el camino al lado de la Estancia Remolino donde se observa el casco del barco de pasajeros y carga Monte Sarmiento, que yace allí desde comienzos de siglo XX, desde 1912 más exactamente. Los duros mares australes han sido responsables en las costas fueguinas de distintos naufragios, como los mencionados o los del Duchess of Albany (1893), el Saint Cristopher (1930) o en 1949 la desaparición del rastreador Fournier en el estrecho de Magallanes.


Isla de los Lobos

Desde el muelle turístico y navegando por la  Bahía de Ushuaia y el Canal Beagle se puede tener una muy bonita vista de la ciudad de Ushuaia. Esta ciudad ofrece un paisaje único en la Argentina por la combinación de encantos naturales. En esta recorrida se pueden ver los cerros Olivia y Cinco Hermanos, las estancias Fique y Túnel. En dirección ya al Faro Les Eclaireurs se avista una colonia de cormoranes. En el camino de regreso hay una aproximación a la Isla de los Lobos donde se goza del atractivo que ofrece ese mamífero marino y de la Isla Despard, hábitat natural de cormoranes imperiales. Durante la excursión es posible observar a las diferentes especies de aves que viven por la zona: petreles, albatros, skuas, gaviotines sudamericanos y gaviotas cocineras.


La cárcel de Ushuaia

Entre los recorridos habituales dentro de la ciudad o sus cercanías, dos bastante comunes son los que se realizan al histórico presidio de la ciudad hoy transformado en dos museos, el marítimo y el de la cárcel propiamente dicha, y la excursión en el Tren del Fin del Mundo. Con comienzo de construcción en 1902, las obras de la temida cárcel de Ushuaia duraron hasta 1920. Allí  fueron alojados conocidos asesinos como Santos Godino (el Petiso Orejudo), pero también confinados muchos cientos de militantes políticos, desde anarquistas, socialistas y comunistas, hasta dirigentes sindicales de distinto origen. Y algunos  intelectuales de la talla de Ricardo Rojas. Y existe la leyenda de que hasta Carlos Gardel estuvo preso dos años en el presidio de Ushuaia. La cárcel fue cerrada en enero de 1947. El Tren del Fin del Mundo está constituido por modernas formaciones que se inspiran en lo que fue el viejo tren donde los presos eran llevados a distintos lugares de la isla a trabajar. Parte de la estación del Fin del Mundo, en la ruta nacional 3 y a ocho kilómetros de la ciudad, y se dirige hacia el oeste. Pasa por lugares donde trabajaron los presos y permite ver paisajes de una hermosura única. En la estación Cascada de Macarena se recibe también información acerca de cómo vivían los indios yámanas.