Ushuaia, Museo del Presidio
El atractivo de la ciudad de Ushuaia se evidencia en la belleza de sus paisajes y también en su historia. Al visitar el edificio en donde funcionó la primera cárcel de Tierra del Fuego, el visitante se puede trasladar rápidamente en el tiempo y conocer los orígenes de esta ciudad. El edificio que funcionó hasta 1947 como “La cárcel del fin del mundo” hoy funciona como un atractivo museo.
Situada en las costas del canal de Beagle, Ushuaia se presenta como la ciudad más austral del mundo y uno de los principales atractivos turísticos de la provincia de Tierra del Fuego. Con paisajes bellísimos, la naturaleza se expresa en esta región en una combinación única de costas, bosques, glaciares y montañas. Un escenario muy atractivo para los viajeros que buscan aventura y exploración, y también para aquellos que se interesan en la historia y la cultura de cada lugar.
En el caso de Ushuaia, su historia indica que la ciudad recibió un primer gran impulso a su crecimiento y desarrollo cuando a finales del siglo XIX el presidente Roca decidió instalar allí una colonia penal. La dureza del clima y el aislamiento geográfico se presentaban como condiciones propicias para reforzar la seguridad del presidio.
Comenzó a construirse en el año 1902 con mano de obra de los propios presos y fue destinada para delincuentes comunes reincidentes, delincuentes de alta peligrosidad y detenidos políticos. El edificio llegó a tener cinco pabellones principales con 380 celdas individuales. Albergó a personajes famosos como el escritor Ricardo Rojas, y Cayetano Santos Godino, apodado el Petiso Orejudo, un psicópata que a los 16 años asesinó a 5 niños.
A los reclusos se les brindaba educación primaria y una retribución por los trabajos realizados. Fuera de la cárcel se los utilizó para la tala de árboles y para la construcción de puentes, calles y edificios Dentro del penal funcionaban talleres de carpintería, herrería, imprenta, mecánica y zapatería
Con el trabajo de los presos se cubrieron todas las necesidades de la ciudad, por lo que este penal fue uno de los principales motores de la actividad económica de Ushuaia hasta que en el año 1947 fue clausurado por órdenes del presidente Juan Domingo Perón, basándose en motivos humanitarios. El edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1997, y en la actualidad funciona como museo.
En cada uno de sus pabellones se pueden observar diferentes muestras, desde la historia de la cárcel hasta la historia de la ciudad y sus antiguos pobladores.
El Museo Marítimo exhibe una completa colección de maquetas navales, mientras que en el Museo del Presidio se pueden conocer los pabellones en donde funcionó la cárcel; algunos sectores han sido recreados y otros se conservan en el estado en que se encontraban en 1947 cuando el lugar fue clausurado. El Museo Antártico, el Museo de Arte Marino y una réplica en tamaño real del Faro de San Juan de Salvamento, completan la amplia e interesante propuesta desplegada en este histórico edificio.
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