Una visita a Chascomús
Con sus 3.000 hectáreas de superficie, que la convierte en la más grande de las Encadenadas, la laguna de Chascomús es el imán que atrae durante todo el año a gran cantidad de cultores del miniturismo, la vida al aire libre y la pesca. En sus orillas, los balnearios y campings se ofrecen para disfrutar del día o pasar una breve temporada, con una buena infraestructura de servicios para locales y visitantes. En sus aguas, que mayormente no superan los dos metros de profundidad, los amantes de los deportes náuticos tienen para elegir: windsurf, kitesurf, kayaks, canoas, natación; y los pescadores deportivos llegan al espigón en busca de su bien más preciado, el pejerrey, y de una veintena de otras especies (bagres, tarariras, carpas, dentudos, etc.), pero se encuentran también con una buena variedad de aves: biguás, garzas, gaviotas cocineras, patos, gallaretas, cisnes de cuello negro y eventualmente flamencos rosados, que en su ruta migratoria se detienen allí. Rodeando la laguna, un camino de circunvalación de 35 kilómetros, totalmente asfaltado, y su bien cuidada avenida Costanera permiten recorrerla en vehículos o a pie en toda su extensión. Desde sus costas también parten excursiones en velero por la laguna y safaris fotográficos por los alrededores de la misma.
Pero no es el único atractivo de esta ciudad, ubicada a 120 kilómetros de la Capital Federal y escala casi obligada para quienes se dirigen a la Costa y se detienen allí para saborear las tradicionales medialunas de un lugar cuyo nombre todo el mundo conoce. Fundada en 1779, Chascomús (su nombre proviene del mapugundún, idioma mapuche, y significa algo así como “agua salada”, lo que es congruente con su pertenencia hidrográfica, la cuenca del río Salado) tiene una rica historia que puede apreciarse al visitarla. Así, un posible recorrido en este sentido puede comenzar en la antigua Casa de Casco, de 1831, frente a Plaza Independencia, sitio fundacional de la ciudad. También frente a la plaza se encuentra la Catedral Nuestra Señora de la Merced, patrona de la ciudad, y en la esquina el edificio del Banco Nación, de 1908. En otra de las esquinas se puede ver la casa del ex presidente Raúl Alfonsín, construida en 1980 en el estilo colonial del casco histórico. Otros sitios de la ciudad ligados al dirigente radical son el Club Social, epicentro de la actividad social y política local; el Monumento a la Democracia, en la avenida Costanera, diseñado por el arquitecto Clorindo Testa, y la estatua del doctor Alfonsín, obra reciente del escultor Luciano Garbati, erigida en el Parque de los Libres del Sur.
Más adelante, el Palacio Municipal, diseñado por el prestigioso arquitecto Francisco Salamone (cuyas obras características pueden verse por todo el interior del territorio bonaerense); el Teatro Brazzola, de 1927, de estilo italiano, y el Club de Pelotas, de la misma época pero con aportes de la arquitectura vasca. En el centro del casco histórico se hallan el viejo edificio del Instituto Divino Corazón, el Conservatorio de Música y otras construcciones de inspiración colonial. También se pueden visitar el Museo Pampeano y la imperdible Capilla de los Negros, de 1862, perteneciente a la comunidad africana y declarada monumento histórico nacional. Estos recorridos se pueden realizar de manera personal, mapa en mano, a pie o en bicicleta (hay locales para alquilarlas a lo largo de la avenida Costanera) o bien a través del servicio gratuito de visitas guiadas del municipio, de aproximadamente dos horas de duración, los sábados y domingos a las 11 y a las 15 desde la Oficina de Turismo, ubicada en Costanera y Muelle de Pesca.
Otro atractivo del lugar es la amplia oferta de artesanías y productos regionales típicos de la zona (mates, cuchillería, platería, talabartería, conservas, dulces, ahumados, chocolates, cerveza, etc.). Las opciones gastronómicas son innumerables, mayormente centradas en carnes a la parrilla y pescados, aunque las alternativas para elegir son para todos los gustos. Para los más temerarios, el aeroclub local cuenta con una escuela de vuelo, paracaidismo y paseos turísticos para ver la ciudad y la laguna desde el aire. Y quienes desean un contacto aun mayor con la naturaleza, pueden pasar el día en alguna de las estancias turísticas cercanas, con actividades como cabalgatas, paseos en sulky, actividades de granja, deportes tradicionales y actividades típicas del trabajo en el campo.
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