Travesía por los Siete Lagos
Es uno de los circuitos de la Argentina más transitados por turistas de todo el mundo. Rodeado de montañas y de bosques de especies autóctonas, el Corredor de los Lagos transita por el oeste de la provincia de Neuquén y asombra durante todo el año con su belleza cambiante. La pavimentación de la ruta 40 hace que el periplo sea aun más disfrutable.
Se pueden visitar en cuatro horas o durante toda una vida. Y, según cómo se cuenten, pueden ser ocho en lugar de siete si se cuenta desde el punto de partida hasta el punto de llegada. El hasta no hace mucho complicado camino de los Siete Lagos hoy es una ruta en perfecto estado que une las ciudades de San Martín de los Andes (sede del lago Lácar) y Villa la Angostura (a orillas del Nahuel Huapi), que forma parte del Corredor de los Lagos, que abarca las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, y las regiones IX y X de Chile. La conclusión de las obras terminó de delinear uno de los derroteros más atractivos de la Argentina que, con una amplia variedad de matices climáticos, paisajísticos y cromáticos, puede disfrutarse durante todo el año.
Los poco más de 100 kilómetros que hay que transitar de la nueva ruta 40 (ex 234), en la provincia de Neuquén, son el clímax del bosque andino patagónico, un sistema que combina en una misma región tres atractivos naturales: el bosque (lengas, coihues, radales, cipreses, raulíes, ñires, robles pellín), la montaña, el lago (de origen glaciario, por lo tanto de aguas profundas y frías). En el camino, además, se puede acceder a tramos de los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, del mismo modo que se pueden observar cascadas como las de Vullignanco y Lemu, el arroyo Partido con sus dos brazos (uno desagua en el Pacífico a través de la cuenca del Lácar, el otro en el océano Atlántico a través de la cuenca de los ríos Collón Curá, Limay y Negro), el Bosque Sumergido, el Cerro Vigilante, las Lagunas Mellizas. Al margen de la ruta principal, pueden ser visitados otros lagos de la zona — Meliquina, Hermoso, Traful y Espejo Chico— que también tienen un enorme atractivo natural.
En cuanto a las actividades, además de la contemplación del paisaje, que no es poco, se pueden realizar varias excursiones organizadas, practicar trekking en el Volcán Lanín, internarse en el Parque Nacional del mismo nombre, navegar las aguas de algunos de los lagos, practicar pesca con mosca, visitar las comunidades mapuches de la zona, donde se pueden adquirir artesanías y productos típicos, etc. O simplemente descansar en sus playas mientras se intenta hacer “sapito” arrojando piedras sobre la superficie del lago.
Con su configuración actual, la ruta puede ser recorrida sin obstáculos en ómnibus de transporte público, combis privadas, vehículos particulares, bicicletas (es muy frecuente ver grupos de ciclistas e incluso ciclistas solitarios desandando el camino con sus bicis y sus alforjas cargadas a los costados) o, simplemente, a pie, mochila al hombro y el dedo pulgar siempre listo para matizar la marcha con un buen aventón. En el periplo se podrán apreciar las similitudes y diferencias de estos espejos de agua que dan nombre al camino:
Lago Lácar
La playa Catritre, ubicada a solo 5 kilómetros de San Martín de los Andes (que cuenta con uno de los campings organizados con más servicios de la zona), y la bucólica villa Quila-Quina, a la que se puede acceder por tierra o navegando las aguas del lago, en un lindísimo viaje de media hora, son dos de los destinos más frecuentes para disfrutar del Lácar in situ, mientras que miradores como el Pil Pil permiten admirar su magnitud desde lo alto. Son 27 kilómetros de largo por unos 3 kilómetros de ancho, con una profundidad máxima comprobada de 277 metros, todo dentro del Parque Nacional Lanín. También tiene algunas islas, como la popular La Islita, la Isla de los Patos y la Santa Teresita. El lago se puede navegar en embarcaciones a vela o motor y en kayaks, pero no en motos de agua y similares. No hay acuerdo total sobre el origen del nombre Lácar: hay quienes sostienen que proviene del mapudungun lai (muerto) y calcu (brujo), y quienes consideran que lo hace de lar (caído) y carcu (orilla).
Lago Machónico
Ubicado a unos 30 kilómetros de San Martín de los Andes, está rodeado de bosques y cuenta con un mirador natural en el que vale la pena detenerse un buen rato para admirar su inocultable belleza. Poco frecuentado por su escasa oferta de servicios, es ideal para recorrer sus aguas azules en kayak o canoa. En idioma mapuche, Machónico significa “lugar de la páncora (un crustáceo de agua dulce similar al cangrejo)”.
Lago Falkner
Es uno de los lagos más disfrutables del Corredor porque está protegido del viento ya que está rodeado por los cerros Falkner, del Buque y Alto y por bosques de lengas y coihues. Cuenta con extensas playas, un camping agreste de uso diurno y una proveeduría. Se encuentra a 50 kilómetros de San Martín de los Andes, al borde mismo de la ruta 40. Su nombre recuerda a Tomás Falkner, un sacerdote jesuita de origen británico que, a pesar de no haber frecuentado la zona, investigó y luego publicó su “Descripción de la Patagonia y de las partes contiguas de la América del Sur”.
Lago Villarino
Próximo al Falkner, con el que comparte aguas, está rodeado de montañas y de un tupido bosque de coihues, arrayanes y lengas. Es un lago amplio, de aguas mansas, en el que abundan las truchas y donde se puede practicar pesca deportiva. Tiene un camping en sus costas, en el que suelen parar los viajeros promediando el viaje por los Siete Lagos. Fue bautizado así por el marino español Basilio Villarino, que a finales del siglo XVIII exploró la cuenca del río Limay, al que pertenece.
Lago Escondido
Como su nombre lo indica, este espejo de aguas verdes ubicado a escasos 500 metros del anterior, es esquivo a los visitantes pero puede ser apreciado desde el camino. Con sus 900 metros de largo, que transcurren paralelos a la ruta 40, es el más pequeño del sistema.
Lago Correntoso
Es uno de los más grandes y atractivos del Corredor y el que ofrece más servicios. Ubicado a 85 kilómetros de San Martín de los Andes y rodeado de montañas (entre otras, el cerro Belvedere) y de un imponente bosque, se conecta con el gigante Nahuel Huapi a través del río Correntoso, que se conoce como “el más corto del mundo” y que constituye un imán para los amantes de la pesca. Ofrece camping organizado, proveeduría, restaurante, información turística y alojamiento.
Lago Espejo
Cercano ya a Villa La Angostura, efectivamente se ve como un enorme espejo que refleja todo el bello paisaje circundante, que también lo protege del viento. Tiene playas de arena volcánica y pequeños pero pronunciados acantilados de piedra. Sus aguas son tranquilas y sus miradores permiten contemplarlo en toda su variada belleza. Ofrece información turística, alojamiento, camping diurno y proveeduría.
Lago Nahuel Huapi
Con el 80% de su superficie en Neuquén y el 20% en Río Negro, está rodeado en casi toda su extensión (tienen una superficie de 557 kilómetros cuadrados) por el Parque Nacional Nahuel Huapi. De aguas profundas (llega a los 464 metros), cuenta con ocho brazos: Campanario, de la Tristeza, Blest, Machete, del Rincón, Última Esperanza, Angostura y Huemul. Hay dos versiones sobre el significado de su nombre: “Tigre de los ríos” o “Isla del yaguar (por la mayor de sus islas, Victoria)”, ambos en lengua mapudungun, que probablemente refieran en realidad al puma, que habita la zona.