El tango como baile de pareja se originó en el siglo XIX en los barrios pobres de las orillas de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, con influencias europeas y africanas. El abrazo estrecho, la caminata, la improvisación, el corte y la quebrada, le dan identidad a esta danza sensual, cargada de historias y pasiones.
Junto con la música, caracterizada por el profundo sonido del bandoneón, y las letras, siempre nostálgicas y dramáticas, el tango se ha convertido en un símbolo de la identidad cultural argentina, y la ciudad de Buenos Aires en la Capital Mundial del Tango.

En la actualidad los sitios de tango en esta ciudad atraen a numerosos turistas que buscan presenciar shows con orquesta y bailarines en vivo, o bailar en milongas o tomar clases en centros culturales.
En los templos tangueros, como cafés, salones antiguos o clubes de barrio,  se escuchan temas clásicos y modernos, ecos de grandes figuras como Carlos Gardel, Aníbal Troilo, Astor Piazzolla, Hugo del Carril o Susana Rinaldi; distintas voces y armonías que dan rienda suelta a un mismo fervor.

Las alternativas de eventos y festivales que se organizan a lo largo del año son numerosas, siendo el más importante de ellos el Tango Buenos Aires Festival y Mundial, que se realiza anualmente en el mes de agosto.
La mística del tango es un fuerte atractivo que invita a miles de turistas a visitar la ciudad de Buenos Aires y sus paseos emblemáticos como el Barrio de la Boca y el paseo Caminito.

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