San Pedro, la capital de la ensaimada… y mucho más
Casi equidistante de Buenos Aires, de la que la separan 164 kilómetros, y de Rosario, ubicada a 141 kilómetros, la bonaerense Rincón de San Pedro Dávila de los Arrecifes, más conocida simplemente como San Pedro, es una ciudad a orillas del Paraná, cerca de la desembocadura del río Arrecifes. Fundada hace 270 años, en la actualidad cuenta con una población cercana a los 50.000 habitantes.
Ubicada en una zona de gran producción de naranjas y duraznos, entre otras frutas, es un típico destino de miniturismo, con especial interés en su zona ribereña. Sin embargo, San Pedro ofrece mucho más al visitante. Y no solo por sus famosas ensaimadas, esas deliciosas tortas de origen mallorquín, que en la versión local están rellenas de crema pastelera y/o dulce de leche, que se producen y consumen todos los días pero especialmente durante la fiesta anual, que se celebra en agosto y que convirtió a la ciudad en la Capital Nacional de la Ensaimada.
Como quedó dicho, las actividades que concitan la atención y provocan el disfrute de los visitantes están relacionadas con pasar el día al aire libre. La oferta es variada. El Boulevard es un paseo costanero pródigo en vegetación. A medida que se lo recorre, las barrancas sobre el río ofrecen la posibilidad de asomarse a sus hermosos miradores de madera, desde donde se observan el Club Náutico, el balneario municipal, la laguna San Pedro, el riacho y las islas sobre el Paraná con sus atractivos sauces llorones. Un parque de juegos infantiles construidos con troncos marca el final del paseo por el Paseo. Abajo, esperan las playas a la vera del río, una cita obligada.
Los balnearios y clubes ubicados en la costa del Paraná brindan una buena variedad de servicios para el miniturista. Hay campings en los que se puede acampar en carpas y también con casas rodantes. Ofrecen, según el caso, seguridad, baños con agua caliente, restaurante, proveeduría, pileta, acceso directo al río con un canal para embarcaciones y práctica de deportes náuticos (motos de agua, esquí acuático, kayak, etc.) y pesca deportiva. Desde algunos de estos sitios parten lanchas para recorrer el río y excursiones de pesca a la zona de islas. También se pueden contratar excursiones rurales y visitas a plantaciones de frutales, como la que tienen, por ejemplo, los periodistas Mónica Cahen D’Anvers y César Mascetti.
Frente al omnipresente Paseo Público se encuentra el Parque Ejército de los Andes, de frondosa vegetación y una ventana a la historia con sus antiguos cañones, un imponente mástil donde ondea la bandera argentina y un monumento que rinde tributo a los héroes de Malvinas. Cerca de allí se encuentra el sitio donde se celebra el Vía Crucis de las Barrancas y la Gruta de Nuestra Señora del Socorro.
Para los amantes de la naturaleza es imprescindible una visita a la Reserva Natural, con sus bosques de tala de barranca de la zona y animales silvestres típicos del monte norteño. Hay algarrobo blanco, sombra de toro, tala, espinillo, chucupí, ombú y molle, entre otras especies arbóreas. Y una gran variedad de aves, aproximadamente 250 especies, entre ellas carpinterito común, mosqueta ojo dorado, torcacita colorada, piojito silbón pepitero verdoso y caserote castaño.
Historia y cultura
Además de sus hermosos paisajes, que tienen al Paraná como eje, con sus casi tres siglos de historia San Pedro tiene mucho que ofrecer en la materia. Empezando por su casco histórico, con su antiguo convento franciscano, hoy convertido en el Museo Histórico Regional Fray José María Bottaro, en torno al cual se afincaron los primeros pobladores, cerca del puerto, que recibía a las embarcaciones provenientes de Buenos Aires. Y siguiendo por la Iglesia Nuestra Señora del Socorro, en la Plaza Constitución, construida a mediados del siglo XIX, el Palacio Municipal, inaugurado en 1902, y la casa más antigua de la ciudad, que perteneció a la familia Molina, en la que se hospedaron ilustres visitantes.
La Batalla de la Vuelta de Obligado, una de las más trascendentes de la historia nacional, que se libró el 20 de noviembre de 1845 en aguas del Paraná y que enfrentó a las tropas bonaerenses lideradas por el brigadier Juan Manuel de Rosas y a fuerzas anglofrancesas que buscaban negociar directamente con las provincias sin la intervención de Buenos Aires, tiene un lugar destacado en San Pedro, en cuyo partido se desarrollaron las acciones bélicas. Por un lado, el Museo de Sitio Batalla de Obligado, ubicado en el Parque Histórico Natural Vuelta de Obligado, ofrece la posibilidad de observar objetos recuperados de aquel combate y de instancias anteriores, gracias al trabajo del Grupo Conservacionista de Fósiles local y a la colaboración de vecinos de la zona de Obligado, que contribuyeron con sus propios hallazgos. Por otra parte, el Monumento a la Batalla de Obligado, inaugurado el 20 de noviembre de 2010, en el marco de los festejos del Bicentenario, obra del artista plástico Rogelio Polesello.
Otros destino de interés es el Museo Paleontológico Fray Manuel de Torres, que cuenta entre sus piezas con uno de los dos únicos ejemplares del país de un cánido fósil, que vivió hace 750 mil años, un esqueleto completo de lestodon y un armadillo gigante. El paseo se puede completar con una visita guiada a la Reserva de Campo Spósito, donde se halla un importante yacimiento de fósiles. También una serie de instituciones culturales de diversa índole, como el Museo de Tecnología Agropecuaria (ubicado en la plaza San Martín, rinde homenaje al trabajo del hombre de campo y a los primeros colonos); el Buque Museo Ara Comandante General Irigoyen (construido en 1944 en los Estados Unidos, participó de la Segunda Guerra Mundial); la Biblioteca Popular Rafael Obligado (fundada en 1872); la Casa Museo Fernando García Curten (arte en base a desechos); Museo El Sueño del Tano (emprendimiento del escultor italiano Graziano Penduzzu); Museo Osvaldo Pato Morresi (en homenaje al malogrado piloto de Turismo Carretera); Parque Utopía (esculturas y artesanías en madera), y el Espacio Público Cultural Viejo Astillero, entre otros.