Salvador de Bahía, un rubí en el atlántico
Un lugar de ensueño para las vacaciones veraniegas es San Salvador de Bahía, la extraordinaria ciudad de Jorge Amado. Playas excepcionales, gastronomía exquisita, locales nocturnos, un carnaval electrizante y edificios y monumentos que hablan de una larga historia, son opciones para pasarla bien en cualquiera de ellas que sea elegida o en todas.
Salvador de Bahía de Todos los Santos, o nada más que "Bahía" como se le dice popularmente y desde antiguo, es uno de los destinos turísticos por excelencia de la costa del litoral sur del Estado que lleva su mismo nombre en Brasil. Región donde abunda el buen ambiente, un clima privilegiado, compositores, cantantes y una marcada cultura brasileña, es un lugar ideal para unas vacaciones inolvidables. Por si fuera poco ser un importante destino turístico por su cultura, su historia y sus playas, agrega como un regalo extra para quien quiera visitarlo el ser escenario de uno de los más majestuosos carnavales del país.
Ubicado en una península bañada por las aguas del Océano Atlántico en la parte noreste del Estado de Bahía, su región metropolitana abarca una gran extensión y tiene una población de 3,5 millones de habitantes. Junto con las ciudades aledañas como Camaçari y Lauro de Freitas, hacia el norte, conforma una gran urbe, la cuarta en importancia en Brasil. La ciudad continúa un crecimiento permanente gracias al desarrollo de industrias y en especial del turismo. Salvador está dividida políticamente en dos partes: por un lado la Ciudad Alta, delimitada por el Palacio Administrativo y la Catedral Metropolitan, y por otra parte la Ciudad Baja, que es la más antigua y posee edificio de época, la facultad de Medicina y varias iglesias. Cabe señalar también que es una relevante ciudad-puerto, abierta al comercio con todo el mundo.
La historia de Salvador de Bahía comienza el 29 de marzo de 1549 cuando fue fundada por Tomé de Sousa. Es una ciudad que debe su gran crecimiento al hecho de ser un puerto importante, que se especializó en el comercio de la caña de azúcar. Y tiene la característica de mezclar un antiguo matiz colonial con el aspecto de una urbe muy industrializada. En sus comienzos tenía 1500 habitantes. La ciudad está edificada en torno a un acantilado y a la iglesia Ajuda, edificada por los jesuitas en 1549, y se extiende por toda la península y la Bahía de Todos los Santos. El mencionado acantilado divide la ciudad en Alta y Baja y como vía de acceso de una a otra hay un ascensor, construido en 1873. La Ciudad Alta se destaca por sus edificios gubernamentales y casonas, la Baja por ser zona comercial y portuaria.
La Catedral Metropolitana comenzó a edificarse en 1552 por el Obispado y concluyó en 1572. Más adelante, en 1624, los holandeses saquearon la ciudad, mientras era capital del virreinato de Gräo-Pará y de la Bahía de Todos los Santos. Hasta el año 1763, Salvador de Bahía fue capital de Brasil. Luego fue reemplazada por Río de Janeiro, que finalmente fue sustituida por Brasilia. En 1812, la ciudad volvió a sufrir ataques, pero esta vez por parte de tropas portuguesas, pero logró subsistir hasta que su población ascendió a 350.000 habitantes en el año 1949. En la década de los noventa alcanzó la cifra de 2 millones de habitantes y se restauró la parte de la ciudad conocida como Pelourinho. En la actualidad sus habitantes llegan a los 3,5 millones, que viven especialmente del turismo, que ha montado para la satisfacción del visitante importantes cadenas de hoteles, restaurantes y modernas tiendas de ropa.
Gastronomía
Salvador de Bahía tiene una gran particularidad en su gastronomía, que es ciento por ciento autóctona: La cocina tradicional del lugar se jacta de ser picante, muy elaborada y sabrosa por la cantidad de especies que se le añaden. Los platos típicos de esa culinaria local son las moquecas (pescados y frutos de mar con leche de coco y aceite de dende), la casquinha de Siri (cangrejo) y el abarajé (masa de chicharo rellena con camarones que se frien en aceite de palma)
San Salvador posee un clima considerado de tipo tropical, con una temperatura promedio todo el año que oscila en los 25 grados y que reciben brisas marinas que refrescan la zona. Las temperaturas máximas en verano rondan los 35 grados, mientras las mínimas descienden hasta los 19 grados. El clima es bastante húmedo, soleado y tropical, ideal para unas vacaciones en la playa. La ciudad cuenta con un promedio de presencia de sol de casi 2400 horas anuales, encontrándose entre las urbes más iluminadas por el gran astro. Es recomendable viajar a Salvador de Bahía durante todo el año, pero los amantes de las lluvias tiene un momento propicio entre abril y julio, el resto del año es época seca.
La capital del estado de Bahía posee múltiples atractivos y lugares para visitar en la misma ciudad y en sus zonas aledañas. Además de los múltiples paseos naturales, la ciudad cuenta con un gran patrimonio histórico y cultural que fueron forjados por más de 5 siglos y que hoy en día el turista puede disfrutar de sus catedrales, palacios, fuertes, casonas residenciales, monumentos y museos. El casco histórico de Salvador de Bahía, abarca un gran período de la historia desde su época colonial hasta el siglo XVIII y se lo pude dividir en tres grandes sectores.
El primero abarca desde la Playa Municipal, construida en 1549, hasta la plazoleta Largo de Santo Antonio Além do Carmo. Esta última fue de gran importancia ya que aquí se libraron guerras y batallas con holandeses y alberga arquitectura religiosa, militar y civil. En esta zona también se puede encontrar la Residencia del Gobernador, el Palacio Municipal (que data del siglo XVII), el Elevador Lacerda, el Palacio Río Branco (de 1919) y la Cámara Municipal.
Las demás áreas están compuestas por el El Pelourinho, el Largo de São Francisco y el Largo do Carmo. En éstas se destacan las fachadas de gran belleza como el Oratorio de la Cruz do Pascoal, referente de defensa de la antigua ciudad. Muchos monumentos y edificios fueron restaurados en estos últimos años, pudiendo admirar así cientos de hermosas fachadas de residencias, conventos y mansiones. En el casco histórico también se aprecian magníficas iglesias y edificios de fe, como el edificio Santa Casae, Palacio Arquiepiscopal y la Iglesia Nuestra Señora de la Misericordia. Aquí se ubica el llamado "Terreiro de Jesús" donde se destacan la Catedral Basílica, la iglesia São Pedro dos Cléricos, el convento de São Francisco y la edificaciones de la Orden Tercera de São Domingos. Además se pueden visitar el Museo de Arqueología, el Museo de Etnología, el Museo Afrobrasileño y el Memorial da Medicina (antiguamente Colegio de los Jesuitas).
Casco histórico: detalles
Algunos de los lugares que se pueden visitar en el casco histórico son: el Palacio Municipal, construido en 1549 en adobe y techos de paja y demolido y reconstruido en su mismo estilo renacentista y neoclásico en la década del setenta, representa uno de los más emblemáticos de la ciudad. Otras atracciones, entre varias otras, son: las Puertas de Santa Luzia, espacio fundado en la ciudad por Tomé de Souza en 1549; el Palacio Río Branco, construido alrededor de 1910, representa al Palacio de los Gobernadores de estilo ecléctico. Alberga contenido municipal y obras de arte; el Elevador Lacerda, mediante el cual se puede acceder a la Ciudad Alta y a la Ciudad Baja y viceversa. Fue construido en 1873 y restaurado tecnológicamente en 1930; la Santa Casa (iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia), complejo cuya construcción se inició alrededor de 1650 y finalizó doscientos años más tarde. Posee dos pisos y dos claustros dignos de ser admirados; el Palacio Arquiepiscopal, construido alrededor de 1720, este edificio sirvió de residencia al primero arzobispo del país. De estilo barroco, posee tres pisos de altura realizados en piedra.
También: Chafariz, una fuente de agua que se colocó alrededor de 1850 para dotar a la ciudad de agua; el Pelourinho, que abarca a uno de los más añejos barrios de Salvador de Bahía y fue declarado Patrimonio Histórico, Cultural y Artístico Nacional por la UNESCO y el IPHAN; la Iglesia de Nuestra Señora dos Rosarios dos Prestos, construida a comienzos de 1704 en devoción a la Virgen del Rosario y traída por los esclavos africanos; el Solar de Ferräo, edificio clave para los seminaristas jesuíticos, donde hoy funciona el Museo Abelardo Rodrigues y el IPAC; el Museo Tempostal, que alberga gran colección de postales de Brasil y del mundo de los siglos XIX y XX; la Fundación Casa Jorge Amado, donde vivió el más grande escritor de esa región; el Museo de Cidade, que abarca toda la historia de la ciudad en fotos, textos, esculturas, mobiliarios y objetos.
Playas
Entre los numerosos atractivos turísticos que posee Salvador de Bahía, lo más buscado son las actividades al aire libre, las playas y el tomar sol. La ciudad posee más de 50 kilómetros de playas anchas con arenas limpias y un mar azul bastante cálido apto para un gran número de actividades al aire libre. Las playas de la ciudad se desarrollan sobre el Océano Atlántico y a lo largo de la costa de la Bahía de Todos Los Santos.
Otras playas de Salvador muy populares son Amaralina, Río Vermelho e Itapuã. Y las playas de la Península de Itapagipe, desde donde se ven hermosos ocasos, se encuentran la playa Cantagalo, Boa Viagem, Ribeira, Roma y Ponta de Humaitá. Más alejadas del centro y con aguas muy tranquilas y cálidas se ubican a las de São Tomé de Paripe, Itacaranha e Inema. Salvador posee la particularidad de tener playas en la Ciudad Alta y en la Ciudad Baja. La primera están bañadas por las aguas del Océano Atlántico (exceptuando la playa de Puerto de la Barra) y la segunda por las aguas de la Bahía de Todos los Santos siento estas las de aguas muy tranquilas.
Las playas de Salvador son ideales para todo tipo de deportes náuticos y acuáticos como surf, velero, pesca o buceo y las hay con gran oleaje y muy calmas. Además toda la zona costera posee una gran diversidad ecológica, pudiendo realizar buceo o snorkeling y disfrutar de la fauna marina.
Fiestas y eventos nocturnos
Como ya hemos mencionado, Salvador posee una gran cultura religiosa y estas también se hacen notar en las playas de la región. Entre las fiestas que se destacan se pueden mencionar a las realizadas en la playa Itapuã, todos los años en el mes de enero: el lavagem, organizada por pescadores en honor a Nuestra Señora de la Concepción de Itapuã. Otras festividades son la Procesión de Nuestra Señora de los Navegantes y la fiesta Ribeira en la playa Boa Viagem. La Fiesta de Iemanjá, se realizan todos los 2 de febrero en la playa del Río Vermelho donde se destaca el candomblé. Más adelante, cada 8 de marzo, acontece la Fiesta de Iemanjá de Humaitá organizado en la Ponta de Humaitá (Península de Itapagipe). Y desde hace años, el municipio de Salvador de Bahía organiza una gran fiesta para celebrar la llegada del Año Nuevo a lo largo de las playas del lugar con música, espectáculos, bandas en vivo, danzas y con fuegos artificiales.
Por último, también acontecen movidas nocturnas tipo discotecas pero en la playa, especialmente los viernes y sábados en las playas céntricas.
El carnaval de Bahía
Sin dudas, el Carnaval de Bahía, es la fiesta más importante que tiene la capital de ese Estado a lo largo del año. Muchos dicen que es el más grande del mundo. Otros, que compite con el de Río de Janeiro. Lo cierto es que es una gran fiesta donde las calles de Salvador se llenan de vida, música, baile y alegría pura. Comienza a principios de febrero todos los años y dura exactamente una semana sin interrupciones. Se lo divide en tres circuitos: Dodô, Osmar y Batatinha. El carnaval empieza un jueves por la noche siendo este el Circuito Dodô (antes llamado Barra-Ondina) que comienza en el Faro da Barra hasta Ondina. También se encuentra el "Circuito Tradicional" que se extiende desde el Pelourinho hasta Campo Grande.
El Carnaval de Bahía involucra a más de 25 mil personas para su organización y que luego esta cifra asciende a más de dos millones de bahianos y turistas por día que se acercan a celebrar este acontecimiento en los más de 20 kilómetros de calles y plazas. Cabe destacar que a diferencia del Carnaval de Río de Janeiro, el de Bahía se realiza en las calles y el otro en un Sambódromo, por lo tanto la esencia de ambos es distinta. Normalmente desfilan unas doscientas carrozas y comparsas las 24 horas del día. También las calles se llenan de bandas de batucada y camiones (más de 70 tríos eléctricos) que llevan música a todos los rincones.
Para pertenecer a esta gran fiesta bahiana se deben comprar unos pases que incluyen canilla libre de bebidas. Estas entradas, conocidas como blocos, varían de precios, según categorías y edades: bloco afoxé, bloco afro, bloco de trío, bloco alternativo y bloco infantil para los más chicos. Usar siempre gorro, anteojos de sol y protector solar. Como recomendación, si es que se va por primera vez al carnaval, se aconseja comprar un paseo para los Blocos que circulan en Ondina, Campo Grande o la Barra, son más seguros. La ropa y el calzado deben ser cómodos y ligeros. Hay que tener precaución con la comida y la bebida. El agua de Salvador no apta para el consumo humano. Se aconseja compra agua mineral en botella.