A unos 66 kilómetros de Purmamarca y a 190 de San Salvador de Jujuy se encuentran las Salinas Grandes, un verdadero “océano” blanco a unos cuatro mil metros de altura. Ubicadas en una depresión tectónica de la Puna, esta maravilla natural se originó hace millones de años, cuando se cubrió con agua proveniente de un volcán. Posteriormente, el agua se evaporó, dejando al descubierto la sal y un increíble paisaje de más de 12 mil hectáreas.

Una encuesta reciente, en la que votaron más de un millón de personas, coronó a las Salinas Grandes como una de las 7 maravillas naturales de la Argentina. Y no es para menos, ya que se trata del tercer salar más grande de Sudamérica.

Los turistas que se acerquen a apreciar este lugar se encontrarán con unos piletones, desde los cuales los trabajadores extraen la sal que luego se comercializará. Estos obreros, a la vez, ofician de guías y acompañantes. Explican, por ejemplo, cómo es el proceso de industrialización que sigue a la extracción. Aparte de la sal común, que antiguamente se cortaba con hacha, hubo en los salares y sus cercanías yacimientos de boratos, es decir sales que contienen elementos metálicos. Actualmente, esos campamentos están abandonados, y la explotación de la sal y boratos se realiza con maquinarias.

Es importante saber que el lugar tiene un parador con estacionamiento de autos y un mercado donde se venden recuerdos y tallas hechas con sal. Se recomienda al turista que lleve anteojos de sol y mucha agua para beber. 

Cómo llegar
A las Salinas Grandes se accede por vía terrestre desde Purmamarca por la Ruta Nacional 52, la misma que llega hasta el Paso de Jama (Paso Internacional Argentina-Chile).  Hay que atravesar la Cuesta de Lipán, que alcanza una altura máxima de 4.170 metros.