No importa si se dispone de unos pocos días o un mes entero: el mágico pueblo jujeño de Purmamarca, parte del circuito de la Quebrada de Humahuaca, es siempre un destino imperdible al que le sobra belleza natural, posibilidades de relax y gastronomía de la buena.  

Es que este antiquísimo pueblo– fue fundado en el siglo XVII, tal como lo indica el dintel de la puerta de su iglesia, donde se lee claramente “1648”- se presenta como uno de esos lugares “de cuento” con sus calles de tierra y casas de puertas angostas, además de la típica plaza central en cuya feria artesanal se consiguen buenos ponchos y telares. Un consejo: no importa cuán pequeña sea Purmamarca, esta localidad de 2.000 habitantes no es un sitio para recorrer “de pasada”. Lo ideal es quedarse por lo menos tres días y caminarlo con distintas luces como para tener la posibilidad de tomarle el pulso a su paz.

El Cerro de los Siete Colores, célebre por sus gamas de rocas de origen sedimentario, es sin duda uno de los accidentes geográficos más admirados del NOA. Pero hay en la zona muchos más atractivos, como el camino de los Cerros Colorados (ideal para recorrer a pie), las increíbles Salinas Grandes (accesibles por la Cuesta del Lipán) o las localidades de Maimará y Tilcara, a apenas 20 kilómetros al norte por la ruta nacional 9.

En Purmamarca la oferta de alojamiento es variada y confortable, así como las opciones para disfrutar de la tradicional y a la vez renovada gastronomía andina, incluidas delicias como la carne de llama, tamales, humita en chala, queso de cabra, pimientos, empanadas, dulces regionales y quesillo con miel de caña. Conclusión: que no hay nada como el norte para renovar las energías, llenarse la vista de colores y además de todo, cambiar de aire.

Cómo llegar.
Aerolíneas Argentinas cuenta con más de dos frecuencias diarias entre Buenos Aires y San Salvador de Jujuy, que se encuentra a 65 kilómetros de Purmamarca por la RN9.