Parque Nacional Talampaya en La Rioja
El Parque Nacional Talampaya, reconocido como “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en el año 2000, es uno de esos sitios realmente mágicos que tiene la Argentina. Atravesado por la Ruta Nacional N° 76, alberga importantes yacimientos arqueológicos y paleontológicos, por lo que recorrerlo es como hacer un viaje en el tiempo de millones de años.
Para tratar de entender las curiosas formas que tienen hoy los cañones y las rocas de Talampaya hay que saber primero que son el resultado de los movimientos tectónicos que han sucedido allí a lo largo de milenios. Y a ese comportamiento caprichoso de la Tierra, sumarle la erosión del agua y del viento en un clima desértico, con grandes amplitudes térmicas entre el día y la noche. Naturalmente, Talampaya convoca a investigadores de todo el mundo: sus piedras documentan la evolución misma del planeta, desde que había un solo supercontinente llamado Pangea.
La zona ha dado algunos de los restos fósiles más relevantes, como el del Lagosuchus talampayensis, uno de los primeros dinosaurios que habitó la Tierra en los inicios del Triásico. Y también se han encontrado tortugas que vivieron hace más de 200 millones de años.
El visitante puede elegir entre varios tipos de excursiones. La más común es la del Cañón de Talampaya, que se hace con guías y vehículos especiales y dura aproximadamente 2.30 horas. En ella se transita por el cauce del río Talampaya, entre paredones de 150 metros de altura. Incluye también algunas caminatas cortas por las zonas conocidas como Petroglifos, Jardín Botánico, La Catedral y El Monje. Una variante más completa es tomar la que además del cañón va a los Cajones de Shimpa, un singular lugar poblado de algarrobos donde las paredes se estrechan pero mantienen una altura de 80 metros. Otra opción es el safari Aventura Talampaya, que consiste en explorar el cañón en un camión que es una mezcla de bus y motor home. Tiene capacidad para 24 personas y cuenta con catering a bordo, proyección de video y una privilegiada vista panorámica de 360° gracias a su techo abierto.
En cuanto a la presencia humana de la zona hay que decir que los petroglifos (grabados esculpidos en las rocas) encontrados revelan que hubo pueblos tanto en el segundo siglo de nuestra era como del año 1100. Los rastros de esta cultura ancestral se pueden apreciar en un lugar llamado “Los Pizarrones” y en los restos de viviendas.
Talampaya es en definitiva un viaje único, en el que la majestuosidad de la naturaleza se muestra en toda su magnitud. Un vasto desierto para conectarse con los orígenes de nuestro planeta.
Cómo llegar
Lo mejor es acceder desde las ciudades de La Rioja o Córdoba, que además tienen aeropuerto. En auto se accede por la Ruta Nacional 38 hasta la localidad de Patquía y luego la 150, que después se convierte en la 76. A la altura del kilómetro 133,5 se encuentra una de las áreas de servicios a turistas, desde donde parten algunas excursiones. Y en el 148 del mismo camino está el ingreso al área de servicios del Cañón de Talampaya.