París siempre será una fiesta
Si hay una ciudad en el mundo que merece conocerse esa es París, la mágica metrópoli de poetas como Baudelaire (su verdadero explorador o flâneur), Verlaine y Rimbaud, de los barrios que se rozan con una historia de siglos, de los monumentos napoleónicos o las iglesias inmemoriales, del mítico río Sena y el Museo del Louvre. La ciudad maravillosa a la que cantó Edith Piaf o la del levantamiento de la Comuna de 1871. Todos los secretos de la existencia humana y todas las bellezas arquitectónicas o artísticas se juntan allí, en esa intersección única del genio humano. No conocer París, si se puede, es renunciar a conocer una parte importante de la historia de la civilización.
La fama que París se ha ganado en el mundo es tan merecida y justa que difícilmente alguna persona necesite ser convencida de lo agradable que sería visitar esa ciudad. Solo espera la mejor oportunidad para ir a encontrarse con ella, con la mágica belleza de sus calles y sus lugares, con su historia tan decisiva en el rumbo de la humanidad. Los argentinos, en particular, hemos abrigado desde tiempos lejanos ese sueño de estar o vivir en alguna ocasión en París, como lo expresan tantos tangos y otras muchas manifestaciones de nuestra cultura. Pero París es universal y su atracción se irradia hacia todos los puntos cardinales. “Siempre nos quedará París”, se dirá en cualquier lugar de la tierra, como en la película Casablanca, cuando se quiere pensar en una aventura romántica. O: “París era una fiesta”, que evoca la magia de los años de la bohemia y el arte creador en la década del veinte del siglo anterior tan bien retratada por Ernest Hemingway en el libro que lleva ese título y que Woody Allen homenajeó hace poco en Medianoche en París.
Es que París ha sido, es y será siempre una fiesta, porque allí los ojos de quienes la visitan se encuentran con el testimonio vivo material y simbólico de algunos de los momentos más importantes de la civilización. Nunca defraudará al viajero y si algún inconveniente se enfrenta al llegar allí es que, por lo general, no se cuenta con el suficiente tiempo –y a veces dinero- para quedarse más días y conocer sus tesoros, que parecen inagotables. Por eso, y cuando puede, el viajero siempre vuelve a París. A diferencia de otras grandes metrópolis europeas, la “Ciudad Luz”, así llamada porque fue la primera que tuvo iluminación eléctrica en sus calles, no tiene un "centro" definido alrededor del cual se expande la ciudad. Más bien todo París es un centro y eso se debe a que no fue absorbiendo a las pequeñas localidades que se fueron levantando en sus afueras sino que les permitió su independencia administrativa. Esta circunstancia de haber permanecido como encapsulada desde hace tiempo en sus territorios originales hace que su aspecto tenga un tinte antiguo y clásico, que es uno de sus grandes encantos. Un paseo por la ciudad proporciona la sensación de que el tiempo ha cambiado poco en ese lugar y que todo sigue parecido a como era antes.
El centro al que aludíamos en el párrafo anterior está formado por trece áreas y un área vecina que es Montmartre. Estas catorce áreas son: el barrio Chaillot, Les Invalides y la Torre Eiffel, Les Tuileries, Saint Germain de Prés, Montparnase, Barrio Luxemburgo, Barrio Latino, Barrio Jardín de Plantes, Ile de la Cité e Ile St. Louis, El Marais, Beaubourg y Les Halles, Barrio de la Ópera, Campos Elíseos y Montmartre. Cada área contiene varios lugares que evocan su historia. Montmarte es famoso como próspero enclave artístico. Los Campos Elíseos por sus grandes avenidas, sus tiendas de lujo y sus opulentas mansiones. Siendo una de las ciudades más visitadas del mundo, las opciones para conocer sus secretos y disfrutar su identidad son infinitas. La cantidad de monumentos, museos, hoteles, restaurantes y lugares que el viajero no debería perderse es tanta que, si alguien va por primera vez, deberá tomar las cosas con calma y, como primer paso, planificar un estudiado plan de excursión a sitios a los que, en general, se consideran imprescindible conocer, pero sin perder de vista que, en el balance final del viaje, quedarán siempre asignaturas pendientes que se sabe deberán ser cumplidas en otro viaje, porque París es como una mujer soñada a la que una y otra vez se la desea ver y adorar.
Especialmente indicada para parejas de enamorados, París es la ciudad dorada para pasar unas vacaciones en brazos de Eros. Nadie olvidará jamás una cena romántica a bordo de las múltiples embarcaciones que recorren el Sena, escuchando música a la luz de la luna. Tampoco un atardecer sentado en el césped de los Campos Elíseos, un paseo por el Barrio Latino o la visita a algunos de los bares de la zona más bohemia, esos lugares donde se inspiraron tan grandes artistas del mundo. Pero París no es barato y, por supuesto, sentarse a tomar un simple café en algunos de esos sitios puede costar entre 4 y 5 euros. Las comidas también son caras en esas zonas y si no se tiene mucho poder adquisitivo se deberá buscar otras zonas de la ciudad donde los precios son más accesibles. ¿Qué lugares se pueden visitar de París? Por supuesto que están los lugares más típicos y conocidos, esos que los turistas visitan en masa. Ahí estarán los primeros objetivos, pues quien quisiera perderse de ver la Torre Eiffel, los Campos Elíseos o el Museo del Louvre. Pero hay otros muchos sitios que merecen también una visita, aunque no sean tan conocidos y famosos. Lo que sigue es una nómina de algunos de esos lugares que, la mayor parte de la gente, considera imperdibles.
La Torre Eiffel
Ésta, mundialmente conocida, es el símbolo de Paris. Fue construida por el ingeniero francés Gustavo Eiffel con motivo de la Exposición Universal de Paris de 1889 y se terminó en dos años. Es el monumento más visitado del planeta, millones de personas acuden cada año a verlo. Tiene unos 300 metros de altura y cuenta con 1665 escaleras, además de contener restaurantes, tiendas, un museo y en su cima un fantástico mirador para contemplar París desde lo alto, una visión asombrosa. La torre fue duramente criticada por los estetas del siglo XlX y el poeta Paúl Verlaine daba un rodeo para evitar verla. Pero la gente la prefiere y con su reciente iluminación se puede admirar más que nunca.
Para subir a la Torre Eiffel hay varias opciones, se puede escoger la más deportiva, que es subir sus más de 1600 escaleras o la manera más cómoda, que es la de usar sus ascensores, operados por un sistema hidráulico, con los cuales se puede alcanzar cualquiera de sus plantas. La torre ha servido en ocasiones de rampa de lanzamiento para paracaidistas o escenarios de artistas del trapecio un poco osados.
El Arco de Triunfo
Sin duda, el Arco de Triunfo es el segundo monumento más conocido, visitado y representativo de París. Su creación fue ordenada por Napoleón Bonaparte en 1806, después de su triunfo en Austerlitz en 1805. Al volver de ella dijo a sus hombres: “Volveréis a casa bajo arcos triunfales”. Su primera piedra fue colocada al año siguiente, pero problemas con los planos del arquitecto Jean Chalgrin y el desplazamiento de Napoleón del poder atrasaron su terminación hasta el año 1836. Está ubicado en la Plaza Charles De Gaulle y es el punto de partida de las más famosas y grandes avenidas de la ciudad. Se encuentra situado también al lado de los famosos Campos Elíseos. Es frecuente descubrir allí a numerosos veteranos de guerra haciendo homenajes a ex-compañeros o víctimas de las guerras francesas, pues allí también se ubica la tumba al soldado desconocido francés.
El Museo del Louvre
Es el museo más famoso y conocido de París y con una historia que se remonta a la época medieval. Contiene colecciones de arte de todo el mundo, entre las cuales se distinguen el famoso cuadro La Gioconda, de Leonardo Da Vinci, también conocido como La Mona Lisa; la deslumbrante Venus de Milo, una enorme colección de arte francés y una exposición increíble de obras del antiguo Egipto. Es el museo más visitado del mundo, con más de 7 millones de visitantes al año. Construido primero como fortaleza en 1190 por el rey Felipe Augusto para proteger París de los ataques de los vikingos, perdió su imponente torre y su calabozo durante el reinado de Francisco I, quien lo reemplazó por un edificio de estilo renacentista. Luego fue ampliado y mejorado durante cuatro siglos por los reyes y emperadores franceses. Uno de los agregados más recientes es el de la pirámide de cristal en el patio principal, desde donde se accede a todas las galerías. El conocimiento de la vasta colección del museo es imposible en un día. El Louvre es de esos lugares a los que es necesario volver una y otra vez cuando se está realmente interesado en conocer sus tesoros artísticos. Otro museo interesantísimo para los amantes del arte plástico es el Museo Picasso, que se abrió en 1986. El museo está en una antigua mansión del siglo XVII, el Hotel Salé, en el Marais. La amplitud de la colección muestra la variedad de la producción pictórica de Pablo Picasso, incluyendo sus épocas azul, rosa y cubista. También son muy cautivantes el Centro Pompidou y el Museo D’Orsay. El primero es como un edificio al revés: sus escaleras, ascensores y cañerías de agua y aire están en el exterior, a fin de crear un espacio descongestionado y flexible para las actividades del Museo de Arte Moderno y otras funciones del Pompidou. Son importantes sus colecciones del fauvismo, el cubismo y el surrealismo. El D’Orsay se instaló en 1986 en lo que, en su momento, fue el edificio construido por Víctor Laloux y destinado por la compañía del ferrocarril Orléans a ser una terminal en el centro de París. Salvado por milagro de la demolición, y debido a la protesta popular, se inauguró 47 años después de haberse cerrado esa estación. El museo está destinado a mostrar todas las artes comprendidas entre 1848 y 1914.
La Ópera de París
Es uno de los edificios más emblemáticos de la capital de Francia y por sus bellas instalaciones han pasado las más grandes figuras de la ópera del mundo interpretando toda clase de papeles. Todo amante de este género musical tiene una cita ineludible con esta maravillosa construcción situada en la Plaza de la Ópera, muy cerca del museo del Louvre. Su edificio fue levantado entre los años 1861 y 1874 por encargo de Napoleón III, quien no llegó a ver su inauguración. Conocida también como la Opera Garnier siempre ha sido donde se concentraron las más altas esferas de la sociedad parisina y toda la aristocracia del país acudía allí para lucirse y alardear de su dinero y sus riquezas. Actualmente en la Ópera de París ya no se representan tantas actuaciones líricas como antaño, pues ha sido reemplazada en parte por la nueva Ópera de la Bastilla, que son menos espectaculares pero más prácticas para la representación lírica. La Ópera de París se reserva, sobre todo, para las actuaciones de ballet y, en contadas ocasiones, alguna que otra obra clásica.
Notre Dame
La Catedral de Notre Dame de París es una de las muchas obras de arte de arquitectura que hay en París. Es de estilo gótico y con seguridad la más famosa de París y de toda Francia. Se eleva majestuosamente en la Ile de la Cité, cuna de la ciudad. El Papa Alejandro III puso la primera piedra en 1163, marcando el comienzo de 170 años de trabajos sacrificados de arquitectos y artesanos medievales que terminaron de construirla en 1330. Fue un proyecto de Maurice de Sully y está dedicada a María, la madre de Jesucristo. De allí su nombre Notre Dame (en castellano, Nuestra Dama). Se encuentra situada en la plaza Parvis y rodeada por las aguas del río Sena. La imagen de la catedral ha sido reproducida en diversas películas y series de televisión, entre ellas El jorobado de Notre Dame. ¿Quién no ha visto alguna vez entre sus célebres realizaciones las legendarias gárgolas que se esconden detrás de las galerías, entre las torres? ¿O el Rosetón oeste, una ventana cuyo vitral representa a la Virgen en un medallón de ricos rojos y azules?
Monmartre
Montmartre constituye un gran promontorio (parte elevada de un terreno) que se encuentra en el distrito dieciocho de París. Es reconocido en todo el mundo porque en su cumbre se ubica la Basílica del Sacré-Cœur. Este barrio fue de gran inspiración para el movimiento de los impresionistas (siglo XIX), además de ser escenario de importantes batallas en la guerra franco-prusiana y de los acontecimientos de la Comuna de París, en 1871. Este barrio tiene un origen romano. Fue mencionado por el primer obispo de Lutecia (París) en el martirio de Sant Denis. En la Edad Media era llamado Mons Martyrium (El monte de los mártires) y fue zona de conventos. En 1589 el rey Enrique IV se alojó por un tiempo en el lugar mientras ocurría el asedio a la capital de Francia, en las famosas Guerras de Religión. En la época de la Revolución Francesa los conventos del municipio fueron completamente destruídos.
Actualmente es un barrio altamente comercial con gran cantidad de restaurantes, cafés y cabarets (donde destacan el Moulin Rouge y el Lapin Agile). La comuna se prolonga desde Place Pigalle hasta la Iglesia de Sacré Coeur. También está ubicado el famoso cementerio de Montmartre.
Saint Germain-des-Prés
Es un barrio ubicado en el sexto distrito de París y que alberga a la iglesia de la antigua abadía de Saint-Germain-des-Prés. Esta zona fue el centro del movimiento existencialista, donde se destacaron Jean-Paúl Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus. Además se ubican allí famosos lugares como el Café de Flore y el Les Deux Magots, de 1885. En este café se reunían poetas como Paúl Verlaine, Rimbaud y Stéphane Mallarmé. También se puede ver en el barrio la iglesia de Saint Germain-des-Pres, construída alrededor del siglo XI. Tiene una arquitectura de estilo románico y es la más antigua de París. Fue la más importante hasta la construcción de la catedral de Notre Dame. En la capilla se encuentran los restos de Germán, primer obispo de París.
Durante los siglos VI y VII los reyes merovingios eran enterrados allí, pero desaparecieron tras la Revolución Francesa. Otro monumento importante del barrio es la iglesia de la Madeleine de París, ubicada en una zona ampliamente comercial y muy cerca de la famosa Plaza de la Concordia. Su arquitectura y forma es lo que más destaca, muy similar a un templo griego. Fue construida en 1764 por Contant d´Ivry, aunque unos años más tarde (1777) tuvo que ser reconstruida debido a los daños sufridos durante la Revolución Francesa. En 1806 se transformó en Templo de homenaje a la Gran Armada, pero solo hasta que culminó la construcción del famoso Arco del Triunfo. En el año 1842 volvió a convertirse en Iglesia Católica, continuando ese fin hasta la actualidad.
La Place de la Concorde
Ubicada al inicio de la avenida de los Campos Elíseos en el octavo distrito de París, es la décima plaza más grande de Francia seguido por la Plaza de Quinconces en la localidad de Burdeos. En 1748, París decide levantar una estatua de Luis XV a fin de celebrar el regreso del rey, luego de estar enfermo en Metz. Se realizó un concurso donde participaron diecinueve arquitectos, con la idea de encontrar el mejor emplazamiento.
En la época de la Revolución francesa, la plaza fue el lugar de paso obligado por los cortejos del protocolo de las fiestas. Fue el mayor lugar de alianzas de dicho período, más aún cuando fue instalada allí la famosa guillotina que dio paso a la ejecución de Luis XVI y María Antonieta. El 12 de julio de 1789, el busto de Jacques Necker y Felipe de Orleans son puestos en la plaza. El 6 de octubre del mismo año, Luis XVI, María Antonieta, y el delfín (el futuro Luis XVII), son devueltos de Versalles a París por el pueblo, realizando su entrada al Palacio de las Tullerías por la plaza Luis XV. El 11 de agosto de 1792, la estatua de Luis XV fue derribada y retirada para su fundición. La plaza de Luis XV es rebautizada bajo el nombre de Plaza de la Revolución. Finalmente, cuando todo acabó, el gobierno renombra la Plaza de la Revolución como Plaza de la Concordia.
Los Campos Elíseos
Los Campos Elíseos de París (Champs-Elysées) constituyen la avenida más grande de París. Posee 1880 metros de longitud, abarcando desde el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia. Su nombre proviene de la mitología griega, que describe el hogar de los muertos de las almas virtuosas, siendo el equivalente al paraíso de los cristianos. Tienen origen en 1640, cuando fue plantado un alineamiento de árboles en continuidad desde Louvre y el Palacio de las Tullerías. En 1724 finaliza el trazado actual, para ser construidos los andenes en 1824. Finalmente, en 1994 se inaugura una remodelación que mejoró notablemente su aspecto. En la parte alta de la avenida se encuentran cines, tiendas y almacenes (particularmente uno dedicado a la música). La parte baja termina en la Plaza de la Concordia (donde se realizaban las ejecuciones), y está llena de jardines, donde se ubican diversos edificios públicos de importancia, tales como El Palacio del Descubrimiento, el Pequeño Palacio y el Gran Palacio, así como la Universidad Paris IV. Los Campos Elíseos forman parte del eje histórico de París, que se extiende desde el Jardín de las Tullerías hasta el Museo del Louvre. Por el lado contrario al Arco de Triunfo, las avenidas de la Gran Armada y Charles de Gaulle extienden aun más a Los Campos Elíseos. En los años 90 se realizó el Gran Arco, en el barrio de La Défense, uno de los centros de finanzas más importantes la Unión Europea.
Pigalle
Pigalle es una zona de París, que se ubica en torno a Place Pigalle, cerca de Montmartre, en la frontera entre el noveno y dieciochoavo distrito. El nombre de este barrio fue propuesto en memoria del escultor Jean-Baptiste Pigalle (1714-1785).
Es un barrio turístico con muchas tiendas de sexo en la Place Pigalle y de los principales bulevares y prostitutas que operan en sus calles laterales. Este barrio de reputación obscena, fue apodado como “Pig Alley” durante la Segunda Guerra Mundial, por los soldados de las Fuerzas Aliadas. El Divan du Monde y el Moulin Rouge, un cabaret de fama mundial, se encuentran en Pigalle. Sin embargo, en la zona situada al sur de La Place Pigalle, no está dedicado a la industria del sexo, sino a la venta de instrumentos musicales y amplificadores, en especial para la música popular. Una sección de la rue de Douai consiste exclusivamente en la venta de guitarras, tambores, música y accesorios.
El Moulin Rouge, por su parte, es un reconocido cabaret de París que fue construido en 1889 por Joseph Oller. Está ubicado en el distrito luz roja de Pigalle a los pies de Montmartre, en París. Es famoso por tener un gran molino rojo en la azotea. Por mucho tiempo ha sido un ícono de la noche parisina. Y un lugar de visita obligada del turista.
El Barrio Latino
Se ubica en el quinto distrito de París, cerca de la Universidad de La Sorbona, hacia la izquierda del río Sena. Su nombre proviene de la Edad Media, pues los estudiantes hablaban latín como lengua académica. Por lo mismo, en este barrio reside gran cantidad de estudiantes universitarios. Desde la época de la Edad Media los estudiantes residen en este barrio, teniendo gran influencia en París, sobre todo por su militancia política en los movimientos estudiantiles del siglo XIX y XX. Durante estos periodos se levantó una doctrina revolucionaria, se hicieron barricadas en las calles y muchos otros acontecimientos sucedieron en este barrio parisino. Además fue aquí donde el movimiento nazi tuvo su gran influencia sobre los estudiantes de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, destacan diversos monumentos, esculturas, y lugares donde ocurrieron hechos históricos. Algunos de ellos son: El Palacio del Luxemburgo, El Jardín del Luxemburgo, El Panteón, La École Normale Supérieure, La Sorbonne, y El teatro de l’Odéon. El Barrio Latino es un sitio agradable para pasear.
Montparnasse
Famoso barrio por su alto nivel de arte y de vida, sigue haciendo honor a su nombre. Monte Parnaso (así sería la traducción) es la montaña dedicada por los griegos a Apolo, dios de la poesía, la belleza y la música. En este barrio se juntaban, para frecuentar sus cafés o cabarts, artistas y escritores como Hemingway, Picasso, Modigliani, Cocteau, Matisse. Entre sus lugares emblemáticos está el café La Coupole abierto en 1927 y lugar de cita obligada de grandes figuras. O su cementerio y su teatro, que conserva su decoración original de 1880.
Les Invalides
El imponente hotel Des Invalides, del cual toma su nombre el área, fue construido entre 1671 y 1676 por Luis XlV para los veteranos de guerra sin hogar y como un monumento a su propia gloria. Allí reposan hoy los restos de Napoleón Bonaparte. Hacia el este del hotel, en la esquina del boulevard Des Invalides, está el soberbio museo Rodin.
Disneyland
Es un auténtico paraíso para la diversión tanto para mayores como para los más pequeños de la familia. Este parque llamado también Euro Disney fue inaugurado el 12 de abril de 1992 es un lugar que fascina a todos los que lo visitan a diario. Está a 32 kilómetros de París y recibe a millones de visitantes cada año.