Con una superficie de 89.680 Km2, la provincia de la Rioja atrae al turista por sus paisajes impactantes, zonas semidesérticas, cerros y montañas, y por la posibilidad de realizar atractivas excursiones como al Museo Cablecarril, Minas de Chilecito, Cuesta de Miranda, Jardín botánico de cactus, Reserva Natural Quebrada de los cóndores y el gran orgullo riojano: el Parque Nacional Talampaya, reserva de flora y fauna autóctonas y de gran riqueza paleontológica y arqueológica.

Las principales actividades que sustentan su economía son la agricultura bajo riego artificial y la producción de vid y olivos. La geografía de la provincia es accidentada, con una rara amalgama de montañas y llanuras, y características colinas y valles en tonos de ocre. Este entorno invita a la práctica del turismo activo, en actividades como aladeltismo, parapente, alpinismo, cabalgata y ciclismo. La historia de la región puede apreciarse a través de verdaderas reliquias arquitectónicas y de colecciones de piezas del más diverso origen, expuestas en los museos de la provincia.

Emplazada al pie de la Sierra de Velasco, se sitúa la capital de la provincia, también llamada La Rioja. Su aspecto edilicio presenta la combinación de lo antiguo y lo moderno, con calles angostas, construcciones bajas, plazas ornamentadas y viejos naranjos que le dan un aspecto muy pintoresco, al mismo tiempo que evidencian las dos caras de la capital provincial: la cultural, focalizada en conservar sus herencias y tradiciones, y la turística, dedicada especialmente al desarrollo de servicios y comodidades para el visitante.

En la capital de La Rioja pueden visitarse Las Padercitas, el Dique Los Sauces, el Cerro de la Cruz, el Mercado Artesanal y el Parque Yacampis.
Por su clima seco, la ciudad de La Rioja puede ser visitada durante todo el año, para apreciar sus valles, montañas, ríos y quebradas, la calidez de sus habitantes y los vestigios arqueológicos que dejaron los pueblos nativos.

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