Fundada en el año 1573 y con más de 1.500.000 habitantes, la ciudad de Córdoba es la segunda urbe en importancia de nuestro país.

Además de contar con paisajes bellísimos, excelente hotelería, y variados centros comerciales, esta ciudad invita a conocer su centro histórico, arquitectura colonial y museos.

En este sentido, la Manzana Jesuítica es uno de los puntos que no debería dejar de visitarse. Ubicada en pleno centro, en el año 2000 fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Comprende la Capilla Doméstica; el Colegio Nacional de Monserrat, que aún funciona; la Iglesia de la Compañía de Jesús, que aún hoy ofrece misa; la antigua sede de la Universidad Nacional de Córdoba, convertida en museo; y la Residencia. Su origen se remonta al año 1589 cuando llegaron a la provincia los primeros Jesuitas, quienes se establecieron oficialmente en 1599. De esta manera, Córdoba pasó a ser el punto central de las tareas de evangelización de la Compañía de Jesús siendo un punto estratégico en el plan de conquista español. Ese año, el Superior de la orden aceptó, en nombre de la compañía, la donación del predio del que forma parte la mencionada Manzana Jesuítica.

Situada entre las calles Obispo Trejo, Duarte Quirós, Caseros y la avenida Vélez Sarsfield, la Manzana Jesuítica nos permite viajar al pasado y descubrir la gran obra que llevaron a cabo los Jesuitas en su tarea evangelizadora y misional.