Esquí de fondo, una sensación única
Al principio fue un medio de transporte. En las superficies heladas de los actuales territorios de Noruega y Rusia, los antepasados de vikingos y eslavos, entre otros pueblos, idearon la manera de deslizarse a bordo de delgados troncos de madera aplanados sobre los que ataban sus calzados. Se estima que esto sucedió hace unos 5.000 años. Con el tiempo, la destreza para desplazarse a gran velocidad convirtió al medio de transporte en una actividad competitiva y, mucho más tarde, en una disciplina deportiva con sus reglas, competencias oficiales, premiaciones, sponsors, etc.
El esquí de fondo, también llamado esquí nórdico, hoy es un deporte pero, mayormente, una actividad recreativa que, a diferencia del esquí de montaña, no requiere de una gran infraestructura ya que, por ejemplo, por lo general no son necesarios los medios de elevación para ascender y luego, desde la altura, deslizarse hacia la base. Tampoco necesita una gran destreza ni preparación física. Por otra parte, es menos riesgoso y menos proclive a provocar lesiones que el esquí de montaña, ya que no toda la bota queda fijada a las tablas, solo las punteras, y al quedar liberados los talones es, eventualmente, más rápida y menos potencialmente traumática la liberación del pie.
Además, por sus características de deslizamiento sobre superficies planas o de escasa pendiente, el esquí de fondo puede practicarse sobre pistas naturales en bosques, valles u otros entornos de similar atractivo, lo que convierte a la actividad en una oportunidad de entrar en contacto con la naturaleza de un modo diferente y generando en el esquiador una sensación única.
Hay dos estilos de esquí de fondo: uno es el clásico, que es también el más antiguo y el más sencillo de practicar, que consiste en deslizarse por la nieve colocando un esquí delante y al costado del otro, en un movimiento similar al de una caminata. En las pistas por lo general los pisanieves marcan dos huellas donde colocar los esquíes para realizar la travesía. El otro estilo es el skating, en el que el movimiento de los esquíes no es paralelo, sino que se realiza a partir de impulsos laterales, como en el patinaje sobre hielo. Desarrolla mayor velocidad, requiere de más equilibrio y un mejor estado físico, lo que lo hace más complejo para principiantes.
Para cada estilo de esquí de fondo existe un equipamiento específico, disponible para alquilar en cualquiera de las estaciones de esquí de fondo que serán mencionadas más adelante. Para el estilo clásico, hay esquíes que en las bases de las tablas tienen una franja central escamada para generar un mayor agarre y otros, que cumplen el mismo propósito, que sobre su base lisa llevan una suerte de cera que produce cierta adherencia sobre la nieve. Para el skating los esquíes son completamente lisos, un poco más cortos y con un arco más acentuado y más rígido. Los bastones son más largos y la suela de la bota es más firme.
Dónde practicarlo
En la Argentina, el esquí nórdico se practica mayormente en los alrededores de la ciudad de Ushuaia, no por nada considerada Capital Nacional de Esquí de Fondo y el Biatlón (una combinación de carrera en esquí y tiro con rifle), pero también en centros de deportes invernales de Río Negro, Neuquén y Santa Cruz, además de otras superficies no delimitadas pero igualmente factibles de ser utilizadas como pistas. Las características topográficas y la persistencia de la nieve en la superficie debido a las bajas temperaturas hacen que la capital fueguina sea un lugar ideal para la práctica de esta actividad, que tiene el atractivo extra de que puede hacerse en familia y sin ningún tipo de preparación física ni equipamiento. Y en un paisaje bucólico, con sus típicos valles y sus frondosos y bellos bosques de lengas y coihues. Estos son algunos de los centros de esquí de fondo cercanos a Ushuaia:
Francisco Jerman. Se encuentra a 5 kilómetros del centro de la ciudad y fue homologado para competencias internacionales. Tiene cinco circuitos con diferentes dificultades técnicas. Desde sus pistas se observan el Canal de Beagle, la Bahía de Ushuaia y los Islotes Bridges, entre otros atractivos. Por su cercanía con el mar, las temperaturas no son muy bajas.
Altos del Valle. Ubicada a 17 kilómetros de Ushuaia, esta estación de esquí de fondo ofrece alojamiento en cabañas y, entre otros servicios, la primera escuela de niños conductores de trineos tirados por perros.
Solar del Bosque. Sobre la ruta 3, a 18 kilómetros de la ciudad, tiene refugio, salón comedor y camping con servicios. Además de la práctica del esquí de fondo se pueden hacer paseos en motos de nieve y travesías en raquetas de nieve.
Las Cotorras. Ubicada sobre la ruta 3, frente al complejo Cerro Castor, a 26 kilómetros de Ushuaia, además de escuela de esquí ofrece excursiones por castoreras con esquíes de fondo, pista de patín y alquiler de trineos infantiles.
Valle de Lobos. Se encuentra sobre la ruta 3, a 20 kilómetros de Ushuaia, y es posible realizar allí largos recorridos, tanto diurnos como nocturnos. Cuenta con un refugio donde se puede pernoctar.
Haruwen. Ubicado en el Valle Vega del Café, al pie de la ruta 3, a 36 kilómetros al norte de Ushuaia y a 18 kilómetros de Lago Escondido es, además, paso obligado para las excursiones terrestres a los lagos Escondido y Fagnano y a la Estancia Harberton.
Nunatak. En la ruta 3, a 21 kilómetros de la ciudad y al pie del Monte Alvear, puede practicarse esquí de fondo, caminatas con raquetas, patinaje sobre hielo, motos de nieve y paseos en trineos tirados por perros. En verano, trekking, escaladas, travesías en 4x4 sobre ruedas y sobre orugas, cabalgatas, canotaje y mountain bike.
Llanos del Castor. A 23 kilómetros de Ushuaia, también sobre la ruta 3, y rodeado de bosques y montañas, es otra alternativa para la práctica del esquí de fondo, travesías sobre raquetas de nieve, trekking y paseos en mountain bike.
Complejo Villa Las Cotorras y Ushuaia Blanca. Sobre la misma ruta, pero a 25,5 kilómetros de la ciudad, tiene actividades diurnas y nocturnas: motos de nieve, cuatriciclos con orugas, trineos, trekking guiado o libre, excursiones por castoreras con esquíes de fondo.
Además de las estaciones de esquí de fondo fueguinas, esta actividad turístico-deportivo-recreativa puede realizarse en el Cerro Catedral, en Bariloche, donde hay una pista de unos 4 kilómetros de longitud ubicada cerca de la Estación Superior de la Telecabina Amancay, entre los 1650 y los 1550 metros sobre el nivel del mar; en el centro de deportes invernales Caviahue, en la provincia de Neuquén, y en el Centro de Deportes Invernales Valdelén, a 4 kilómetros del centro de Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz.
Fotos: istock