La Argentina es el mayor productor de vino de Sudamérica y el quinto mayor productor a nivel mundial. Posee más de 200.000 hectáreas cultivadas con viñedos que pertenecen a las provincias de Mendoza, San Juan, Salta, La Rioja, Córdoba, Catamarca, Neuquén, Río Negro, Entre Ríos, Chubut, Buenos Aires y Santa Fe. Situada en la Región de Cuyo, Mendoza representa el corazón de la vitivinicultura argentina. Dedicada a esta actividad desde el año 1598, concentra cerca del 70% de la producción de uvas y vinos, y cuenta con la mayor cantidad de bodegas del país.

El malbec es el vino emblemático de Argentina, pero Mendoza produce también otras cepas como Bonarda, Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, dentro de los tintos, y Chardonnay, Riesling, Sauvignon Blanc y Torrontés, dentro de los blancos. Durante todo el año se pueden recorrer las principales regiones de producción de la provincia, como Luján de Cuyo, Agrelo, Valle de Uco y San Rafael. Mendoza es la sede de más de 1.200 bodegas que atraen a un número cada vez más grande de turistas interesados en conocer Los caminos del vino, pudiendo acceder de manera atractiva y sencilla a este universo de sensaciones.

El turismo enológico consiste en recorrer los circuitos de viñedos y bodegas, pudiendo visitar museos, fincas, cavas de degustación, casonas antiguas y estancias en plena montaña. Tanto en las pequeñas bodegas que realizan la producción en forma artesanal, como en las grandes bodegas de marcas muy reconocidas, el turista puede conocer los procesos de plantación, cosecha, elaboración y degustación de uvas y vinos. Algunas bodegas incluso han desarrollado posadas y restaurants, en donde el turista puede acceder a un maridaje de vinos con la mejor gastronomía regional y a cabalgar entre los viñedos, entre otras actividades. El vino argentino es nuestro gran embajador en el mundo y nos enorgullece beber en el mercado local los mismos vinos que se exportan y prestigian al país en todos los continentes.

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