Bariloche, una opción de verano
Reconocido a nivel mundial por su centro de esquí de nivel internacional, la localidad de San Carlos de Bariloche es mucho más que la ciudad patagónica clave para visitar en invierno. El verano ofrece una ciudad preparada para el turismo y con temperaturas ideales que invitan a recorrerla y disfrutarla.
Visitar la ciudad más famosa del Sur en verano no es una conducta contracultural. Es más bien una elección inteligente: todos los encantos y atractivos paisajísticos de la Patagonia aparecen cuando la nieve se va. Si bien la potencialidad del Cerro Catedral como centro de esquí fue descubierta entre las décadas del 30 y del 40 del siglo pasado, no fue recién hasta los 60 cuando la nueva infraestructura, como la primera telesilla inaugurada en 1965, empezó a posicionar a Bariloche como un lugar de referencia para la práctica del deporte en la región. Hasta antes de eso, o mejor dicho mientras la ciudad dotaba a su montaña más emblemática de las primeras herramientas para el descenso en la nieve, la localidad era especialmente conocida como uno de los destinos turísticos más importantes de verano.
Actualmente, muchas décadas después y con el centro de esquí más importante del Cono Sur, el encanto veraniego Bariloche no solo no ha decaído por el atractivo invernal sino que se ha potenciado.
Para quienes sufren el frío o no practican esquí, Bariloche también es un destino para tener en cuenta, gracias a una ciudad que en enero y febrero ofrece las temperaturas más agradables y es un buen momento para animarse a recorrerla. El clima en verano es seco y suave, aunque con una alta amplitud térmica diaria. Los días suelen ser cálidos y soleados (la temperatura puede sobrepasar los 20 grados tranquilamente) y las noches bien frescas (con mínimas habituales por debajo de los 10 grados). Las lluvias son escasas en esta parte del año y, como está bien al sur, hay luz hasta las 22 horas, ideal para que el paseo nocturno tome otros matices y colores.
¿Y qué es eso que en invierno la nieve, la niebla y el frío no dejan disfrutar al máximo? Más allá de todos los servicios típicos de un centro turístico de sus dimensiones (hotelería y gastronomía para todos los gustos), Bariloche está ubicada sobre el margen sur del lago Nahuel Huapi, una belleza de 560 km2 que se destaca por su profundidad, sus ramificaciones, sus conexiones con otros espejos de agua y la isla Victoria, abierta parcialmente a la visita turística y en la que destaca la Hostería Nacional Isla Victoria, reinaugurada en 2002 luego de que veinte años antes un incendio la destruyera. Pero además, toda la zona conforma lo que se conoce como el Parque Nacional Nahuel Huapi, por lo que hay toda una serie de paseos y recorridos disponibles para apreciar los bosques y lagos de la región. Pesca, trekking, rafting, caminatas, cabalgatas y mountain bike son algunas de las actividades recreativas que abundan para disfrutar a pleno del lugar.
El Centro Cívico es de una belleza arquitectónica propia de las regiones montañosas de Europa pensada originalmente para concentrar toda la actividad cívica y social de la ciudad, como las oficinas de la Municipalidad, el Correo, la Aduana, la Biblioteca, el Juzgado de Paz y demás entes regulatorios de la vida cotidiana. La Catedral Nuestra Señora de Nahuel Huapi y la Capilla San Eduardo también destacan por su belleza y ameritan una visita, más allá de la mayor o menor religiosidad del turista.
Cómo llegar
Hay vuelos diarios por Aerolíneas Argentinas y LAN desde Buenos Aires. Aerolíneas también llega desde Córdoba y El Calafate. Y la línea aérea Andes vuela desde Mendoza y Bahía Blanca.
En auto, la principal vía de acceso a la ciudad es la ruta nacional N 237, utilizada por quienes vienen del centro y norte del país. También se puede llegar desde San Martín de los Andes por la ruta nacional N 234 y la ruta nacional N 231 ("Camino de los Siete Lagos").
¿Qué lugar de Bariloche te gustaría visitar o volver a admirar?