1.550 km. por ruta separan a Buenos Aires de una de las ciudades más bellas de la Argentina: San Carlos de Bariloche. Situada en la provincia de Río Negro es el destino turístico más visitado de toda la Patagonia y el tercero en el país. A nivel mundial, se la considera entre los cinco principales destinos de esquí. Las formas de acceso más habituales son por vía aérea o por vía terrestre a través de la Ruta 237 “Luis Piedrabuena”, la cual ingresa desde Neuquén, Bariloche está emplazada en el centro del Parque Nacional Nahuel Huapi y es la puerta de acceso del Parque Nacional Los Arrayanes.  Sus reservas naturales, que albergan lagos, bosques y montañas, su arquitectura de estilo europeo y sus centros para deportes de nieve, son su principal atractivo y sustento económico. Recibe anualmente gran cantidad de turistas nacionales e internacionales, ofreciéndoles múltiples alternativas para los diferentes gustos y épocas del año: los centros de esquí Cerro Catedral y Cerro Otto; la visita al cerro Tronador, los lagos Mascardi y Nahuel Huapí, el glaciar Ventisquero Negro, las playas Bonita y Serena, y la posibilidad de realizar deportes náuticos y pernoctar en los refugios de montaña que recorren sus paisajes. Entre los meses de junio y agosto se realizan dos importantes fiestas: la Fiesta Nacional de la Nieve y la Fiesta de las Colectividades.

Bariloche ofrece también una interesante movida nocturna con alternativas en espectáculos al aire libre, conciertos, obras teatrales, casinos, cines y pubs.

Su atractivo turístico se enriquece aún más al considerar su cocina regional, sus chocolaterías y su amplia y sólida oferta hotelera. En los orígenes de esta ciudad la mayoría de las construcciones eran de madera, siguiendo estilos de construcción inspirados en diseños europeos y alpinos, debido a que los primeros hombres blancos que se establecieron eran inmigrantes de origen alemán. Entre los años 1935 y 1940, la Dirección de Parques Nacionales realizó varias obras y edificios con el fin de embellecer la ciudad y otorgarle un estilo definido. Algunas de estas construcciones son el Centro Cívico, la Catedral, el museo, el edificio de la Municipalidad, la oficina de correos y telégrafos, la policía y la aduana. El centro Cívico es uno de los sitios más típicos y representativos de Bariloche. Prácticamente todos los turistas que lo visitan se sacan al menos una foto, con el Lago Nahuel Huapí de fondo o junto a algún perro San Bernardo.  Entre los imponentes edificios de piedra y las grandes puertas de madera que circundan la plaza, se destaca la Municipalidad por su belleza y dimensiones. Su ala principal desemboca en una torre desde donde un viejo reloj acompaña el paso del tiempo con sus campanadas. San Carlos de Bariloche es sin lugar a dudas una ciudad ideal para ser visitada en cualquier estación del año.

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