Aunque fue fundada el 1 de julio de 1880, el tiempo no cambió la forma de ser de Azcuénaga. Esta localidad, que integra el Partido de San Andrés de Giles, actualmente mantiene un total de 16 manzanas repartidas en un grupo de familias que, en total, no supera las 350 personas.

En Azcuénaga las calles son de tierra, la panadería perdura la costumbre de hacer el pan casero de todos los días en el horno a leña y las primeras casas –construidas por albañiles italianos hace más de 100 años– aún siguen en pie. Desde hace ya varios años, el principal atractivo del pueblo es la gastronomía. Todos los fines de semana, centenares de turistas lo visitan para deleitarse con los mejores menúes de campo en restaurantes ambientados principalmente con antigüedades.

Se destaca, casi con exclusividad, la Posta de Figueroa, que se construyó en el siglo XVII para ser parte del Camino Real, que fue el lugar donde Juan Manuel de Rosas y Facundo Quiroga se vieron por última vez, y que acaba de ser declarada Monumento Histórico Nacional. Otro punto de interés es el resto de los edificios históricos. Entre ellos están la Capilla Nuestra Señora del Rosario –ubicada al frente de la plaza central–, las ruinas de la vieja Estación del Ferrocarril, el Club recreativo Apolo y La Casona de Toto, que además de ser uno de los tres restaurantes del pueblo –El Almacén y la Porteña son los otros– ofrece alojamiento para pasar la noche. 

Cómo llegar: desde la Ciudad de Buenos Aires se recomienda llegar por Panamericana –Ramal Pilar–, tomar la Ruta 8 hasta Solís (KM 98) y doblar hacia el camino de tierra de la izquierda, donde deberá transitar 2 kilómetros de tierra y 5 de asfalto hasta dar con la entrada a Azcuénaga.

Si visitaras Azcuénaga, ¿qué plato típico de campo te gustaría degustar?