Crítica de teatro. Bajo terapia



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Bajo terapia. De Matías Del Federico. Dirección: Daniel Veronese. Intérpretes: Héctor Díaz, María Figueras, Darío Lopilato, Manuela Pal, Carlos Portaluppi y Mercedes Scapola. Diseño de escenografía: María Oswald. Diseño de iluminación: Marcelo Cuervo. Diseño de vestuario: Valeria Cook. Teatro Metropolitan.

Desde el año pasado funciona en Buenos Aires un concurso, que en esa oportunidad se llamó Contar 1 y este año se llamará Contar 2, que organizan tres entidades: la Asociación de Empresarios Teatrales (AADET), la Asociación Argentina de Actores (AAA) y Argentores. La finalidad es elegir cada año una o varias obras ganadoras de origen nacional para que entre ellas los principales productores con teatros en la calle Corrientes auspicien un proyecto que las lleve a escena. Y de ese modo poder promover y aumentar la presencia de los autores nacionales en las carteleras de las salas que conforman el circuito comercial de la ciudad de Buenos Aires, en los últimos años muy escaso de textos argentinos. El año pasado, ese concurso lo ganó el novel dramaturgo santafesino Matías del Federico con la pieza Bajo terapia, que seis de los principales productores de la ciudad decidieron producirla. 

      Bajo terapia es una comedia de muy efectivo humor, con diálogos chispeantes y un excelente ritmo teatral que capta de inmediato el interés del público. En un comienzo, y este comentario prescindirá de contar el desenlace de la obra, la obra se desarrolla como una suerte de cuadro costumbrista entre seis personas (en rigor tres parejas) que van a su terapeuta a formalizar una de las habituales sesiones que realizan con él. En la ocasión, el terapeuta no está pero les propone a las parejas que vayan contestando una serie de preguntas que él deja anotadas a fin de que se conozcan entre ellas y avancen en el tratamiento de sus respectivos problemas. Aunque con cierto resquemor, las parejas comienzan a responder las preguntas y al hacerlo van profundizando en sus respectivas problemáticas, pero durante el despliegue de estas cuestiones algo cambiará, los hechos tomarán un giro no previsto.

      Sobre todo, y además de la frescura del texto, hay que remarcar la calidad del trabajo de dirección de Veronese, que impulsa a su elenco a sacar los mejores resultados de su trabajo. Es verdad, que la mayor parte de los intérpretes son actores y actrices con una trayectoria ya probada en el teatro, pero realmente su labor en este espectáculo logra un brillo especial. El marco espacial y luminotécnico en el que se desarrolla la acción, sin ser llamativo en lo visual, cumple con las necesidades de favorecer la dinámica escénica.

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